Jesús Del Río recuperó en Zalaeta la idea de la tienda de barrio de toda la vida. «Sin ti estaríamos perdidos», le dicen los estudiantes que a media mañana le compran bocatas de jamón serrano o chorizo de bellota
12 dic 2019 . Actualizado a las 14:45 h.Casa del Río suena a añejo, a tienda de toda la vida, pero solo lleva abierta dos meses. Detrás de este ultramarinos recién estrenado, pero con el mismo olor que los de siempre (de los aromas del pan fresco a los de la fruta), está Jesús del Río, un coruñés de 33 años que decidió recuperar el concepto de la tienda de barrio, pero actualizada. Este ultramarinos cuqui, con fachada de azulejos blancos y muchas macetas con plantas en las ventanas, está en el número 5 de la plaza de Juan Naya, a mano derecha subiendo por la calle Hospital, en el barrio de Zalaeta. «Esta no es una tienda gourmet, es una tienda acogedora en la que intentamos ofrecer todo lo que pueda necesitar cualquier persona. Y si no lo tenemos, lo conseguimos», cuenta Jesús. Aquí hay pan fresco, queso del país, chicharrones que quitan el sentido, bacalao salado para chuparse los dedos y una gran sección de frutas y verduras con productos tan curiosos, y tan fotogénicos, como el romanescu (el híbrido entre la coliflor y el brécol). «Nuestro sello de identidad es la calidad», apunta Jesús.
Entre sus clientes hay muchos vecinos del barrio: «Hay gente que viene a comprar "lo que se olvidó"». Clientes que bajan con sus hueveras a por huevos frescos, los que le encargan patatas de Coristanco, o los que van el fin de semana con los niños a hacer la compra. Jesús abre a las nueve y media de la mañana y no para ni un minuto. A las diez empiezan a llegar los estudiantes del instituto de Zalaeta: es la hora del recreo y Jesús les tiene preparados bocatas a un euro de jamón serrano con aceite de oliva y chorizo de bellota con queso. «Alguno me dice: "Sin ti estaríamos perdidos"». Aquí se recuperan viejas costumbres: «Los padres mandan a los niños con el monedero y la lista de la compra». Pero, además, en Casa del Río se organizan sesiones vermú dos sábados al mes: despejan una mesa grande de madera y colocan sobre ella una pota de callos y tablas de chicharrones y queso del país para acompañar el evento. Mientras contesta a las preguntas, Jesús sigue atendiendo con su delantal hecho a mano, de Dechshund Aprons. Sí, tiene alma de tendero de toda la vida.
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