Alejandro Núñez y Javier Fernández acaban de abrir esta tienda de discos, que recupera la música de coleccionista y en vinilo
08 abr 2021 . Actualizado a las 12:26 h.En Alta Fidelidad, hay algo que atrapa en la tienda de discos de Rob Gordon, el personaje interpretado por John Cusack en la película del 2000. También en la de Robyn Brooks, que en la serie del año 2020 interpreta Zoe Kravitz, hija de Lenny y de Lisa Bonet. Y esa sensación de entrar en un lugar en el que espera toda la música posible es la misma que se produce al adentrarse en La Galleta Music Shop, la tienda de discos que acaba de abrir en la Estrecha de San Andrés. Este espacio con más de 30.000 referencias entre vinilos, cedés, deuvedés y cintas de casete es el nuevo templo de la música en la ciudad, obra de Alejandro Núñez y Javier Fernández. Los dos son coleccionistas de vinilos y llevan años vendiendo discos de segunda mano a través de su tienda online. Con La Galleta trasladaron su negocio virtual a pie de calle en un local que durante muchos años fue una tienda de surf.
«A veces nos ponemos románticos y ponemos algún disco en el tocadiscos para ver cómo suena». Otras, dejan que varias playlists aleatorias les sorprendan. Abrieron hace poco más de una semana. Cuentan que están sorprendidos con la cantidad de jóvenes que está pasando por la tienda: «Viene mucha gente de entre diecimuchos y veintipico». Los dos son coleccionistas de discos. Cuando cerró la mítica Portobello compraron su material. «También tenemos colecciones de emisoras de radio y de más particulares». Así llegaron a reunir sus 30.000 referencia de «todo, de clásicos de la música; de indie de los 80 y 90… De todo un poco. Casi todo es segunda mano, aunque también hay cosas precintadas». También hay una sección dedicada a grupos emergentes y sellos independientes de la que se encarga Tomás Romero de Mas Music. «Son grupos o sellos que no se encuentran en otras tiendas».
La Galleta es un guiño al centro de los discos de vinilo, donde está la pegatina con el título de las canciones. Entre su fondo hay ediciones «especiales y raras de clásicos del rock y del pop». «Música de toda la vida que le gusta a gente de 20 y también de 60 años». También tienen discos «más frikies»: «El valor de los discos los da el mercado, es sorprendente lo que nos pueden llegar a pedir. Por ejemplo, una vez enviamos a Alemania un disco nada menos que de Tamara Seisdedos».