Nebari, bonsáis y flores silvestres en A Coruña

Patricia García Lema
Patricia García A CORUÑA

A LA ÚLTIMA

Rosa San Julián enseña a cuidar de estos pequeños árboles en miniatura y prepara ramos con un toque silvestre para llevar un trocito de naturaleza a las casas de los coruñeses

23 jul 2021 . Actualizado a las 13:58 h.

«Procuro tener siempre un libro cerca». Rosa San Julián saca de una cesta llena de flores secas un ejemplar de Un manifesto urxente, de Correa Corredoira. Y fue un libro el que le descubrió el mundo de los bonsáis en los 70: El jardín en casa. «Tenía un apartado de bonsáis. Aquí en España en ese momento no había nada. Se dio a conocer en Occidente a raíz de la Segunda Guerra Mundial. Y en España se popularizó un poco gracias a Felipe González y la afición tan grande que tuvo». En 1979 abrió su primera tienda de Bonsáis en A Coruña. Ahora, Rosa vuelve al mundo de la naturaleza con otro proyecto: Nebari, un espacio de bonsáis y arte y arreglos florales en el número 17 de la calle Rey Abdullah.

Gema García

Con ella está su hermano Javier. Los dos cuidan de estos pequeños árboles en miniatura que tanta calma transmiten a los que los tienen en su hogar. Hay cerca de una veintena de variedades. Rosa enumera alguna, como los frutales, el manzano, la higuera o el granado, y otros como el pino o el arce. Su idea es acercar el mundo del bonsái a todo el mundo, que no sea algo elitista. En su tienda, los precios empiezan en 22 euros y pueden llegar, los más caros, a los 800. «Cuando abrimos en 1979 no teníamos ni dónde comprar los bonsáis, ni teníamos colección para vender, ni la tierra y macetas adecuadas». Ahora, la tienda, que hace esquina con Pérez Cepeda, tiene un escaparate donde pequeños y mayores se quedan con la boca abierta contemplando estas obras de la naturaleza. «Mira, es un arbolito en miniatura», le dicen los padres a los niños. «A los pequeños les encanta porque les queda a su altura y pueden ver en detalle las características de los árboles», cuenta Rosa. «Yo me he pasado toda la vida defendiendo el bonsái. No es una tortura cuidarlos, es un árbol muy mimado. Es una intervención estética, representan una escena de la naturaleza que transmite serenidad». 

En esta florería hay sitio también para las flores, secas y naturales. También hay mucho verde. Los bonsáis son la seña de identidad de Nebari, pero una parte fundamental lo ocupa el estudio floral. «Mi estilo es más silvestre, con mezcla de colores. Me suele gustar la mezcla, en la ropa y en las flores». A Rosa, que lleva la profesión en el nombre, le encanta crear. «Me adapto a todos los gustos, a lo que me pida la gente». Está preparando unos pequeños ramitos con flores secas. Y sigue hablando de literatura, de música, de bonsáis, de sus pasiones.