«¿Tu hijo tiene diabetes y le das un trozo de bizcocho? Sí»

Gabriela Consuegra
Gabriela Consuegra REDACCIÓN / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Ana Prado Carro, pediatra del Hospital Teresa Herrera (Chuac) experta en endocrinología infantil
Ana Prado Carro, pediatra del Hospital Teresa Herrera (Chuac) experta en endocrinología infantil J.P.

La dieta del niño con problemas de glucemia debe ser igual de sana que la de cualquier otro pequeño, apunta la pediatra Ana Prado

14 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

En Galicia, alrededor de medio millar de niños tienen diabetes. Por lo menos cien de ellos viven en A Coruña. La cifra seguirá aumentando porque cada año se detectan unos 17 casos nuevos por cada 100.000 habitantes. Al contrario de lo que piensan muchos, la diabetes tipo 1, que es la más frecuente en la infancia, es una patología autoinmune que no se puede predecir ni prevenir.

Lo explica la doctora Ana Prado, pediatra del hospital materno-infantil Teresa Herrera: «Por desconocimiento, la gente piensa que los niños tienen diabetes tipo 2, que es la más común en adultos y se produce por sobrepeso, mala alimentación y hábitos no saludables, pero el 95 % de los niños padecen la tipo 1». O lo que es lo mismo, quien crea que un niño es diabético por un exceso de azúcar en su dieta estará equivocado el 95 % de las veces.

Y hablando de la dieta: los niños con diabetes pueden y deben comer lo mismo que cualquier otro niño de su edad. Pero aquí el quid de la cuestión: «Tiene que ser una dieta igual, pero igual de sana. No es que por su diabetes sea especial, no hay alimento restringido ni prohibido. Lo que pasa es que los que no tienen diabetes no lo notan, porque su cuerpo lo tolera, pero deberían comer sano igual, aunque muchos no lo hacen», asegura.

Al hilo de lo anterior, muchos padres tienen que lidiar con los comentarios de personas que cuestionan la alimentación que reciben estos niños. Por ejemplo: «¿Tu hijo tienes diabetes y le das un trozo de bizcocho?». La pregunta del millón: ¿pueden o no pueden comer chuches? Y la respuesta es que sí: «Son niños», recuerda la experta, «No son alimentos para todos los días, pero si en un cumple o una fiesta les apetece tomarlos, pueden modificar las dosis de insulina para que ese consumo les repercuta lo menos posible», aclara.

Sobre las dosis de insulina y los temidos pinchazos, la doctora Prado explica que, por suerte, es un tema que ha cambiado mucho con los años: «Se pinchan entre 2 o 3 veces los que más y ninguna vez los que menos». Esto es posible gracias a las nuevas tecnologías aplicadas a la diabetes: «Antes se pinchaban entre 6 y 10 veces al día, pero en los últimos años se han desarrollado y perfeccionado sistemas de medición continua de glucosa, bombas y sensores. Desde que el sistema nacional de salud comenzó a financiarlos para los niños con diabetes tipo 1, su calidad de vida mejoró muchísimo», asegura.

La enfermera escolar: una pieza clave

La diabetes no es una enfermedad como cualquier otra porque requiere un aprendizaje por parte de los pacientes para tomar decisiones importantes día a día. El caso de los niños no es diferente: «Deben conocer los grupos de alimentos que tienen que diferenciar, qué lleva hidratos de carbono y qué no, y cómo calcular su dosis de insulina en función de las comidas que hagan», recuerda Ana Prado.

En ese sentido, la función de la enfermera escolar es clave, sobre todo para los niños más pequeños, con menor autonomía y que necesitan más supervisión. «Es algo que llevamos demandando mucho tiempo», dice la pediatra. «Los niños pasan un tercio de su vida en el colegio», insiste.

La doctora recuerda que los maestros no pueden ni deben hacerse cargo porque no tienen la formación necesaria: «Un profesor no tiene por qué administrar un medicamento a un niño. No es su función». Esto ocasiona que un alto porcentaje de los padres modifiquen su actividad laboral después del diagnóstico del niño para estar disponibles en caso de que surja un problema.

«En los colegios con enfermera escolar esto cambia porque hay un profesional sanitario formado en la enfermedad que sabe cómo actuar», asegura Prado.