Inés Pintor, la coruñesa que triunfa con «El tiempo que te doy» de Netflix: «Para superar cualquier cosa en la vida hace falta tiempo»

A CORUÑA CIUDAD

Alejandro LTS

La serie propone pensar cada día un minuto menos en tu expareja, un planteamiento muy original que ha enganchado al público

29 nov 2021 . Actualizado a las 11:40 h.

El éxito de una serie también puede ser el formato. Es el caso de El tiempo que te doy (Netflix), la historia de una ruptura con un planteamiento de lo más original. A medida que avanzan los capítulos, los recuerdos se desvanecen a un ritmo inversamente proporcional al del momento presente. Y todo, en entregas de solo once minutos. La coruñesa Inés Pintor (32 años) es la directora, productora y guionista del proyecto, junto con Pablo Santidrián y Nadia Santiago, que borda el papel de la protagonista.

—¿Cómo surgió la idea de la serie?

—La petición nos llegó desde Netflix. Querían lanzar una serie de 15 minutos.

­—Lleváis tiempo realizando cortos con la productora La Breve Historia.

—Por eso nos preguntaron si teníamos alguna idea de serie corta para ellos. Nos pusimos a pensar y se nos ocurrió darle un puntito más al formato.

­—Que no se quedase solo en la duración.

—Como el tiempo tiene tanto peso en la temática de la serie, surgió ese juego del tiempo: ‘10 minutos de presente y 1 minuto de recuerdo', ‘9 minutos de presente, 2 minutos de recuerdo', etcétera.

­—A medida que avanza el presente, el recuerdo del pasado se desvanece.

—Eso es. Para superar una ruptura hace falta tiempo. La protagonista se pone a sí misma un truco: intentar pensar cada día un minuto menos en Nico.

—En los «flashbacks» no tienen piedad. Hay planos que se cortan de cuajo ya que se acaba el minuto. ¿Por qué?

—Es que son once minutos de capítulo clavados. Ni un segundo menos ni uno más. Si íbamos a hacer el juego, teníamos que hacerlo de verdad. Los pensamientos entran así, de manera abrupta.

—E intentas borrarlos rápidamente.

—Cortas ese pensamiento porque no lo quieres recordar más. Eso refleja la serie.

—Su forma de narrar ese proceso permite al espectador ir cambiando las ideas preconcebidas sobre cada personaje.

—Vas viendo cómo esa relación, que al principio era maravillosa, se va deteriorando con el tiempo.

­—¿Por eso no hay malos ni buenos?

—La ruptura no se debe a un problema concreto ni de uno ni de otro. Es el tiempo mismo el que va deteriorando las cosas.

—¿Eso es lo que querían contar? ¿Que no hay relación perfecta que cien años dure?

—Creo que la serie no da una visión negativa del amor. Lo que queremos contar es que, para superar cualquier cosa en la vida, hace falta tiempo y que, a veces, en las relaciones no hay un malo y un bueno, ni un problema concreto, sino que el tiempo, el crecer, el madurar, hace que las personas vayan por vías diferentes.

—Y evolucionen a distinta velocidad.

—Sí, y que eso puede hacer que la relación sea incompatible, pero no siempre tiene por qué pasar algo concreto. Suelen ser muchas pequeñas cosas las que influyen.

—Los entiendes, pero no vas con ninguno.

—La serie está contada desde el punto de vista de Lina, para entender lo que supone para ella haber dejado esa relación.

—El espectador empieza queriendo que le cuenten más minutos del pasado (lo bonito) y menos del presente (los problemas), pero acaba deseando lo contrario. ¿Es un efecto buscado en el guion?

—Nos lo ha dicho más gente. Creo que es muy potente y está muy bien contado cómo ella va superando la relación.

—¿Es complicado escribir a tres manos?

—Es difícil porque, a veces, hay que pactar, ceder y renunciar a tus ideas, pero nos entendimos los tres muy bien.

—Por el ritmo, la estética y el tono pausado recuerda, a ratos, a una peli de Coixet.

—Me gusta mucho Isabel Coixet. Me parece una gran referente, así como la serie Normal People o las pelis Blue Valentine y Olvídate de mí. El tiempo que te doy es tan emocional que hace falta esa pausa para entender a los protagonistas.

—Hay muchos silencios, pero también melodías muy escogidas.

—Las elegimos con mucho cuidado. Todas las letras narran el estado de ánimo.

—Apunta a serie generacional, eh.

—Las canciones representan un momento vital de nuestra generación. Al final, buscamos la identificación del público.

—Me encanta cuando Lina sale a correr y se pone a gritar para desahogarse.

—Fue un momento duro del rodaje, pero Nadia sacó mucha energía y quedó genial.

—Hay otro coruñés en el equipo, Denis Gómez, que se mete muy bien en el papel de agente inmobiliario.

—Denis fue un puntazo. Hace un Luis Miguel [no el cantante] muy divertido.

—Os voy a copiar lo de jugar a adivinar el ingrediente secreto del bizcocho.

—[Risas] Yo tengo ganas de jugar también.

—¿Habrá segunda temporada?

—No se sabe aún. Todos estamos contentos con el resultado de la serie.

—Fue tendencia desde su estreno.

—La semana del estreno estuvo en el top-10 de Netflix. Y siguió hasta los diez días.