Así se vivió el San Xoán a pie de calle en A Coruña: el olor a sardinas invadió la ciudad

L. G. V. A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

Las sesiones vermú fueron caldeando el ambiente mientras se preparaban las brasas por las que pasarán kilos y kilos de pescado y churrasco

23 jun 2024 . Actualizado a las 23:29 h.

Aunque las playas de A Coruña se convierten en el epicentro de las celebraciones del San Xoán, a pie de calle la jornada se vivió con intensidad y poco a poco la ciudad se fue empapando del aroma de las brasas por las que pasarán kilos y kilos de sardinas y churrasco. Las aceras del entorno del paseo marítimo se convirtieron durante la tarde en una churrasquería al aire libre, con tanto público como el que está apostado en los arenales, tal vez aquí con una diferencia, y es que los milenials prefieren quedarse en tierra a la hora de disfrutar la fiesta. «Isto é mítico, o San Xoán da Coruña hai que vivilo», dice Catia. Ella es de Camariñas y hacía 30 años que no venía. «Gústame moito o ambiente que hai nas rúas», dice mientras espera para comprar una de las muchas raciones que venden los bares de la zona, con las barras instaladas en la calle.

«No paramos de servir», dice Jonathan, camarero de la Urbana. Aquí las raciones de sardinas van a cinco euros, las de churrasco a seis y el criollo a 2,5 euros. Tienen de provisiones 50 kilos de carne, 15 de sardinas y otros 15 de criollos. «Mira que son de Carballo e alí tamén temos un bo San Xoán, pero vir aquí é tradición», dice Berta. En la calle, cuesta escuchar los temas de Dj Rriva, que actúa en la plaza Sellier, aunque eso es lo de menos. «Si no vives esto... Desde hace años que prefiero quedarme por aquí que bajar a la playa, con los años», cuenta sonriendo Marta, mientras espera por sus sardinas.

El ambiente de fiesta, y el olor a churrasco, se han instalado en la zona del centro, Cantones adentro, y por las calles del paseo. Las sardinas y las cervezas son también lo más pedido, junto al churrasco, en los bares de la zona de Riazor y en calles como la avenida Rubine. 

Los hosteleros, preocupados por el tiempo

Los hosteleros temían a primera hora que la lluvia les arruinase la celebración, pero la meteorología acompañó. En el bar El Olivo, en Alfredo Vicenti, tienen preparados 100 kilos de sardinas y 80 de carne que esperan el momento de pasar por el calor de las brasas. Este mediodía arrancan la sesión vermú y seguirán disfrutando del San Xoán hasta bien entrada la noche. 

Al mediodía la ciudad empezó a oler a brasas y, sin embargo, el ambiente distaba mucho de estar caldeado y la gente tardó en sumarse a las sesiones vermú programadas en diferentes puntos de la ciudad. En El Valentín de San Nicolás tenían todo a punto para empezar a servir callos a partir de las 14.00 horas. Es su primera sesión vermú y solo piden una cosa: que no llueva. 

La calle San Juan comenzó a animarse sobre las 13.00 horas, momento en el que llegaron los primeros fiesteros, que alargarán la celebración hasta la noche: «la mejor sesión vermú está aquí, luego habrá que ir a ver los fuegos», comenta una de las primeras en llegar al Malder's, uno de los locales de la zona.

En el bar San Xoán, empezaron a trabajar a las 9 de la mañana, y estarán al pie del cañón hasta las 3 o 4 de la mañana. «Estaremos hasta que se vaya el último», comenta Jorge, propietario del local. Que añade: «es un día para currar casi 24 horas, pero merece la pena».