Ramón Santos: «Ahora que tengo muchos seguidores me llaman los políticos»

Por Pablo Portabales A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

El propietario de la mercería y la tienda de labores La Crisálida, Ramón Santos, tiene 40 años y es de Monte Alto
El propietario de la mercería y la tienda de labores La Crisálida, Ramón Santos, tiene 40 años y es de Monte Alto EDUARDO PÉREZ

El dueño de La Crisálida publicará en un libro la historia de este histórico negocio de San Andrés

09 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Monte Alto es su lugar de nacimiento. O Castrillón el barrio en el que reside desde hace años. Adormideras el entorno donde cursó bachillerato «cuando estaba muy perdido», recuerda. Paseo das Pontes y su centro de formación el espacio donde cursó lo que le gustaba, Confección y Patronaje. Y San Andrés la calle de A Coruña donde regenta dos establecimientos bajo el histórico nombre de La Crisálida. «La reforma de la calle era necesaria y algo que se venía demandando desde hace muchísimos años. No sé si se podía haber hecho mejor porque no soy arquitecto. Y es posible que haya habido poca comunicación con los comerciantes, pero no sé si eso hubiese cambiado algo. Ha sido un año duro en el que hubo meses de menos facturación, pero ahora es cierto que se empieza a ver más gente por la calle», analiza sobre las obras en San Andrés Ramón Santos Hermida. Dentro de unos días cumple los 41 pero «no me gusta celebrar los cumpleaños», apunta este exalumno del Sanjurjo de Carricarte. «Nunca tuve vocación de nada. Como me gustaban los animales decía que quería ser zoólogo, pero enseguida me di cuenta de que las ciencias no eran lo mío», recuerda. Compartimos un café delicioso en el Inzo, a unos metros de la mítica tienda que decidió rescatar en el 2019. 

El libro de Espasa

Cuando le preguntas cuál es su profesión dice que «patronista malo y formador». De lo primero trabajó una etapa en Caramelo cuando las cosas ya no iban bien en la histórica firma de confección. «Me puse a dar clases de costura y patronaje en un centro cívico y fui entrando en contacto con gente. Enseñé de todo, hasta calceta y ganchillo. Un buen día, una amiga que pasó por delante de La Crisálida y vio que estaba medio cerrada le pidió el teléfono al dueño. Llamé a Fernando y congeniamos. Todos me llamaron loco, en casa también. Incluso hubo personas que me decían que era muy importante que me hiciese cargo de la tienda pero pensaban que no estaba cuerdo. Fue un salto al vacío para alguien, además, que nunca había querido trabajar de cara al público y en horario partido, que es algo que no soporto», relata Ramón, que ahora cuenta con otro bajo, Labores La Crisálida, en el número 2 de la calle. Ya son seis personas más él en la empresa y dos de ellas solo dedicadas a las redes sociales. «Es increíble, ya somos la cuarta firma gallega en número de seguidores. Nos hacen pedidos de calcetines desde Estados Unidos. Vendemos más online que en la tienda física. Es curioso, ahora que tengo muchos seguidores me llaman los políticos. De todos los partidos, desde el Bloque al PP», asegura. El bum de La Crisálida no acaba aquí. «Acabo de entregar al grupo Planeta la historia del negocio. Me contactaron de Espasa y pensé que era una broma, pero vino una persona por aquí y me propuso escribir un libro. Me llevó un año y espero que esté editado dentro de unos meses», avanza. 

Crecer y trabajar

Durante toda la charla Ramón luce una media sonrisa picarona. Es una persona divertida y creativa que reflexiona sobre el fututo sin dejar de gesticular. «Yo no quiero crecer, pero quiero trabajar menos y por eso necesito crecer», reflexiona. Le gusta pescar desde que era pequeño, aunque cada vez puede ir menos. Se apuntó a la Casa del Agua para hacer ejercicio. Aunque le gusta la música de todo tipo, confiesa que «nunca fui fanático de ningún grupo ni cantante. Toda la gente que conozco sí, pero yo no». También cocina y le gusta poner en práctica lo que hacía con su madre, ir a la plaza a comprar. Es un emprendedor en una tienda fundada a principios del siglo pasado. «Se vende mucho hilo, cremalleras... Es como una ferretería, en la que hay un poco de todo. La clientela es mayor, pero gracias a las redes nos acercamos a gente más joven. Yo soy continuista de Fernando y Nieves», sentencia.