El asesinato de los mellizos de A Coruña, el crimen que estremeció a todo un país, cumple 14 años
A CORUÑA

Javier Estrada, que mató a golpes a los niños en Monte Alto, sigue en la cárcel de A Lama. La madre de los niños ya salió de prisión. «Su condena fue un golpe», dice Víctor Bouzas, que la defendió en un proceso judicial muy mediático
21 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.«Recuerdo ese día perfectamente», dice el abogado Víctor Bouzas. Porque un 21 de agosto como hoy, pero hace 14 años, en el 2011, A Coruña y toda España se estremeció con el asesinato de los mellizos Alejandro y Adrián en el barrio de Monte Alto. Murieron a manos de la pareja de su madre, Javier Estrada. Los hechos ocurrieron el número 13 de la calle Andrés Antelo, cuando la progenitora se encontraba trabajando. «Aquí pasó algo muy gordo. Dos niños muertos. Yo los maté. O vienen o me voy», dijo el culpable por teléfono a la policía.
El letrado de la mujer explica que llevó el caso porque le contactaron del Colegio de Abogados para llevar la acusación particular. «Me puse a disposición del Juzgado de Instrucción número 5, presidido por Elena Pastor. Recuerdo que la fiscala me dijo: «“Cada vez que tu clienta habla sube el pan. Vas a tener que actuar porque la voy a tener que imputar”», dice Bouzas. Para él, la presión mediática perjudicó a María del Mar Longueira, imputada apenas dos meses después del suceso por omisión del deber de socorro.
Una escena de horror
La escena que se encontraron los policías el día del suceso fue tan macabra que algunos confesaron tener pesadillas tiempo después. La madre declaró no saber qué le pudo pasar a su pareja, defendió su buena relacón con sus hijos y dijo que le llamaban «papuchi». El día de su asesinato, Estrada decidió explicarles el funcionamiento de los relojes de aguja, pero los niños no lo entendían. Por ello se enfadó y uno de los mellizos cogió el despertador y lo tiró al suelo. «Ahí me puse muy nervioso», declaró después el asesino.
Este cogió la barra de un armario y se fue hacia los mellizos. Adrián corrió hacia la habitación y Alejandro a la cocina. Lo siguió y empezó a darle una y otra vez hasta que lo dio por muerto. Siguió entonces con su hermano, al que redujo de un solo golpe, pero continuó agrediéndolo hasta que se rompió la barra. Buscó otra arma y la encontró en la bicicleta. Le sacó el sillín y le dio con la parte del hierro en la cabeza. Después, cogió el cuerpo de Adrián y lo llevó a la cocina, donde yacía muerto su hermano y los acomodó uno al lado del otro. Limpió la sangre del pasillo, llamó a la policía y esperó a a los agentes.
En la actualidad Javier Estrada, que tenía 29 años cuando cometió el asesinato, sigue encerrado en la cárcel de A Lama, en Pontevedra. A partir del 2030 ya podría solicitar permisos penitenciarios. La Audiencia Provincial lo condenó a 43 años, pero el Tribunal Supremo rebajó la condena a 35 al considerar que no había alevosía. La clave fue el argumento expuesto por su abogada, al decir que lo que cometió no fue un asesinato, pues no estaba planeado, sino un homicidio.
Víctor Bouzas: «Me pareció injusto y defendí que ella no era culpable, lo sigo creyendo»
Bouzas nunca entendió la acusación de la madre, que no estaba en el domicilio cuando mataron a sus hijos.. «Su reacción no encajó en los cánones del dolor, por decirlo de alguna forma. Llamó la atención de la patrulla de policía que el día del asesinato se desplazó hasta el lugar en el que los niños fueron brutalmente asesinados. Porque fue de forma brutal. Yo soy padre y si me pasa algo así me volvería loco. A raíz de eso se formó también un circo mediático con intervenciones de un grupo de amigas de la madre. Creo que eso influyó en la decisión de la Fiscalía», expone Bouzas, que, pese a la imputación, nunca se imaginó que María del Mar fuese condenada. «Me pareció injusto y defendí que ella no era culpable, lo sigo creyendo», dice.
La Audiencia Provincial la condenó a 12 años y 9 meses de cárcel. «Fue un golpe. Después, cuando salió la sentencia del Tribunal Supremo yo estaba en Budapest. Casi me tengo que sentar porque tenía una esperanza muy grande en que la absolviesen. De hecho, recuerdo que un profesor de Derecho Procesal de la Universidade da Coruña habló conmigo y siguió el caso con sus alumnos. Nos felicitó por cómo lo llevamos y me dijo que no entendía la sentencia», señala Bouzas, que a día de hoy, sigue sin estar conforme con ella.
«La madre era una persona limitada a nivel mental que el dia que mataron a sus hijos estaba fregando platos en un restaurante. Estaba sola, sin ayuda, con dos niños con TDAH, muy inquietos, y los dejó con su pareja porque no tenía con quién más dejarlos. Sabía de sus problemas y por eso preguntó a su psiquiatra. Este le aseguró que estaba bien y que podía quedarse a cargo de los niños. Nunca entenderé por qué no se llamó a declarar a ese profesional. Si yo compro una casa, el arquiteto me dice que está todo bien y luego se derrumba con mis hijos dentro y mueren, ¿qué culpa tengo yo?», reflexiona Bouzas, que añade: «Respeto la sentencia, pero no la entiendo y profesionalmente fue una gran decepción», apunta.
Para él la brutalidad del caso se tradujo «en que había que darle cera a todo el mundo, no bastaba con el asesino». En el juicio la que era la mejor amiga de la madre dijo haber presenciado agresiones de Estrada a los niños y que, cuando le contaba a María del Mar que él no era bueno para ella ni para los niños, que lo dejara, esta callaba. También una niñera que cuidó a los mellizos dijo haberle dicho que tuviese cuidado con su pareja. Además, otra llamó meses antes del suceso al Teléfono del Menor de la Xunta alertando de posibles malos tratos en el domicilio familiar, pero no volvió a hablar.
La sentencia de la Audiencia Judicial recoge que los niños «no estaban debidamente atendidos por la madre», que mantenía «una actitud violenta» con ellos, así como de «dejadez».
- LA CONDENA DEL HOMICIDA
35 años. La Audiencia Provincial lo condenó a 43, pero el Supremo le rebajó la pena 8 años al calificar de homicidio y no de asesinato los hechos.
- LA MADRE YA CUMPLIÓ SU PENA
12 años. Fue condenada a esa pena como coautora de varios delitos de lesiones y de homicidio imprudente. Finalmente estuvo 10 años presa.
- LOS NIÑOS, ASESINADOS A PALOS
Tenían 10 años. Estrada los mató con una barra de un armario hasta que se rompió y siguió golpeándolos con el hierro que sacó de una bicicleta.