Así nos despedimos los coruñeses

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA CIUDAD

Imagen de archivo de un apretón de manos
Imagen de archivo de un apretón de manos ALBERTO LÓPEZ

Podemos alargar las despedidas con vaivenes que nos llevan a acercarnos y alejarnos del otro unas veinte veces

20 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

En alguna ocasión se ha reflejado en esta crónica la querencia de los coruñeses por el saludo rápido con la mano levantada («ta'luego, fulanito») que permite la doble sensación de ser cordial con el prójimo sin necesidad de indagar en las novedades del otro. Conozco a muchos coruñeses que en su caminar acelerado con ese ta'luego cumplen con la cortesía mínima que se requiere en esta ciudad. Pero en nuestro código social no siempre se puede ir a fume de carozo, y hay ocasiones en que la paradiña es obligada. Porque muchos de esos contactos surgen, además, porque lo deseamos, porque nos apetece entablar una conversación de unos minutos. Son, normalmente, encuentros casuales que nos permiten ponernos al día y saber más del que tenemos delante. Claro que la cuestión, metidos en faena, es cómo salimos de esa. Los coruñeses podemos alargar las despedidas con vaivenes que nos llevan a acercarnos y alejarnos del otro unas veinte veces. Vamos y venimos, le tocamos el hombro o la mano a la otra persona en señal de despedida, repetimos diez veces que tenemos que quedar, que la próxima hay que tomar una caña, pero no acabamos de irnos. Creo que he tenido conversaciones con coruñeses en las que ha tardado más en producirse la despedida que el encuentro en sí, con giros sobre nosotros mismos que alargaban ese final inalcanzable. Tiene que haber alguna explicación a esto, algo que nos termina uniendo a en ese miedo general a zanjarnos. No me imagino a ninguna austríaca o finlandesa yendo y viniendo cinco veces hacia otra persona para despedirse. Pero entre todas las fórmulas para poner fin, la que más me gusta es la frase que decía mi abuela adelantando la huida: «Manolo, haberá que ir pensando en poñer a chaqueta».