La solidaridad vuela a 8.000 kilómetros

R. Domínguez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

De izquierda a derecha, las sanitarias del Chuac Rosa López Pérez, Fátima Martínez Ordás, Celsa Fernández Blanco, Mònica García Casás, Namibia Sanluis Verdes y María Vilela Lozano, en Alvedro momentos antes de iniciar el viaje a Chiapas.
De izquierda a derecha, las sanitarias del Chuac Rosa López Pérez, Fátima Martínez Ordás, Celsa Fernández Blanco, Mònica García Casás, Namibia Sanluis Verdes y María Vilela Lozano, en Alvedro momentos antes de iniciar el viaje a Chiapas. c

Seis trabajadoras del Chuac viajan a Chiapas para tratar a mujeres y niños

01 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Van, sobre todo, cargadas de ilusión, pero también transportan con ellas la sensibilidad humanitaria y mucho material que escasea allá donde dedicarán quince días de sus vacaciones a ayudar al prójimo. Un equipo de profesionales sanitarias del Complexo Hospitalario Universitario A Coruña (Chuac), coordinadas por la supervisora de enfermería Mónica García Casás, partió este sábado rumbo a México en una nueva expedición de la oenegé Solidariedade Galega.

«Estamos muy ilusionadas porque es un trabajo muy bonito y reconfortante para nosotras. No es nuestra primera vez para ninguna y viajamos encantadas porque siempre volvemos viendo la grandísima pobreza que hay en otros países y lo afortunados que somos disfrutando de nuestra sanidad aquí», valora la coordinadora sobre la situación de Chiapas, su destino a 8.000 kilómetros de A Coruña.

«Vamos a un pueblecito del estado, a la zona sur, porque en Altamirano las monjitas tienen el Hospital de San Carlos, allí tienen dos quirófanos, 25 camas y equipamiento para operar», explica. Con ella, vuelan otras cinco «chicas del Chuac», las anestesistas Rosa López y María Vilela, la ginecóloga Fátima Martínez y las cirujanas generales Celsa Fernández y Namibia Sanluis. «El único chico se nos suma desde Vigo, el ginecólogo Luis Alba», bromea sobre una brigada médica que centrará buena parte de sus esfuerzos en «atender a madres y niños». El primer día lo dedicarán prácticamente al completo a realizar consultas para programar las operaciones, ya que cuentan con diagnosticar a alrededor de 150 personas y operar entre 80 y 120 de diversa complejidad. «Extirparán quistes, harán legrados, ligaduras, histerectomías, pero también las cirujanas generales podrán ocuparse de hernias, apendicitis...», señala sobre la variada e intensa actividad quirúrgica que tienen previsto llevar a cabo en jornadas maratonianas. «Vamos a operar 15 días seguidos para aprovechar al máximo el tiempo y conseguir resolver el mayor número de casos posible».

«Se rumorea que el Hospital San Carlos quizás cierre en uno o dos años por falta de material y subvenciones, ya que se mantienen gracias al trabajo de los equipos que vamos allí a operar y a las donaciones de material y medicamentos que transportamos», lamenta Mónica García, que agradece con mayor motivo los fármacos y productos donados por la propia oenegé, por el Hospital de A Coruña y por el Ayuntamiento de Oleiros, que financia casi íntegramente el coste del proyecto.

«Llevamos 140 kilos en material fungible, desde sistemas de suero a jeringuillas, gasas, guantes... y muchos fármacos, como analgésicos y antibióticos que son esenciales para las operaciones y que ellos no tienen por falta de recursos y dinero».

En su caso, tiene experiencia por sus expediciones a Nicaragua o Perú, de forma que dice con conocimiento de causa que «somos afortunadas por el compañerismo de nuestros colegas aquí y el apoyo de nuestros jefes» para llevar a cabo su profesión también al otro lado del Atlántico. «Trabajando en zonas de pobreza como Altamirano, nuestra vocación se ve reforzada», concluye.