El astrofísico confiesa que fue en sus visitas de niño al planetario cuando tuvo claro que lo suyo eran los cuerpos celestes
19 feb 2020 . Actualizado a las 15:56 h.Cursa un doctorado en la Universidad John Moore de Liverpool. «Trata sobre supernovas superlumínicas, fenómenos explosivos más brillantes de lo habitual», explica Adrián Castañón Esteban. Aprovechamos una visita del astrofísico y defensor de la divulgación de A Coruña, su ciudad, para preguntarle sobre el estado de la ciencia en los colegios. En el planetario de la Casa de las Ciencias confiesa cuál fue su inspiración para decantarse por seguir los pasos de Carl Sagan.
-¿Por qué Astrofísica?
-Como muchos niños, de pequeño era curioso. Quería entender cómo funcionan las cosas, los agujeros negros, las supernovas... El caso es que, cuando crecí, pensé: ¿Por qué no intentar hacer mi propia contribución?
-¿Qué lo animó?
-Con 9 años empecé a ir con mi padre a la actividad que hay en el planetario de la Casa de las Ciencias, El cielo del mes. Es una sesión bastante accesible para todos los públicos y en fin de semana, los últimos sábados de cada mes. Comentan el cielo que se verá durante los próximos 30 días. Era maravilloso. Desde la ciudad no se puede ver prácticamente ninguna estrella, poder contemplar la noche estrellada es uno de mis mejores recuerdos.
-Del museo a las aulas.
-Fue uno de mis mayores estímulos. Estudié Física en la USC y el Máster en Astronomía y Astrofísica Erasmus Mundus en diferentes universidades de Europa.
-¿Cómo valora la importancia de que A Coruña tenga tres museos científicos municipales?
-Para mí el planetario fue muy importante, sobre todo por las ganas de seguir aprendiendo que dejaba. Estos museos permiten romper cierta barrera ‘mística’ que se crea a veces alrededor de la ciencia. En general, no hay muchas actividades divulgativas en las escuelas. La Domus, el Aquarium o la Casa de las Ciencias son prácticamente la única manera de llevar la ciencia al público joven más allá de las aulas, y de que interactúen con ella.
-Estas Navidades regresó al planetario, ¿sigue atrayendo público?
-La sala estaba llena, diría que incluso atrae más publico.
-¿Puede cambiar la vida un museo?
-Cualquier actividad de divulgación, bien llevada, puede cambiar la forma de ver el mundo de un niño y estimular su interés por la ciencia, lo cuál puede ser un factor decisivo para la elección de una carrera científica.
-Supongo que habrá visitado otros planetarios y museos científicos por Europa. ¿Cuál es el nivel de los de A Coruña?
-Comparándolos con los de otras ciudades de mayor número de habitantes, es muy bueno. Sin embargo, en otras ciudades, estos museos son habitualmente de acceso gratuito. Creo que esta medida sería interesante aquí.
-¿Por qué se siguen percibiendo las materias científicas como el hueso duro de roer para los alumnos?
-Poco a poco, la ciencia va siendo más accesible. Se está haciendo un gran esfuerzo para acercarla a la gente, en especial a los más jóvenes. Un problema grave es la falta de motivación en las aulas y también de interés de algunos profesores, además de la carencia de actividades interactivas. Todo esto puede llevar a que muchos alumnos pierdan las ganas.
-¿Cómo se pueden atraer estudiantes para las ciencias?
-Por ejemplo, una mayor colaboración entre los centros educativos con los museos y universidades. Organizar actividades conjuntas. Otro problema a la hora de atraer estudiantes a carreras científicas es la escasez de becas y también el futuro laboral. En España la ciencia está en muy mala situación: inestabilidad laboral, salarios escasos... No todo el mundo está dispuesto a marcharse al extranjero, y eso influye también en la decisión de querer o no continuar tus estudios más allá del máster.
-Una vez terminado el doctorado, ¿dónde le gustaría trabajar?
-Mi plan es seguir trabajando en la Astrofísica como investigador. Haré, como mínimo, un par de post-doctorados y, después, intentaré conseguir una plaza más fija como profesor o investigador en la universidad. Además de el Reino Unido, tengo en mente países como Estocolmo, Alemania, Japón, o quizá Hawái, en Estados Unidos.