El campo de golf de Miño abre una etapa de transición con el Club Ártabro

P. A. L. LA VOZ

MIÑO

PACO RODRÍGUEZ

Fadesa firmó ayer el contrato por el que Jorge Vázquez asume la gestión del recorrido de 18 hoyos, cuyo futuro depende de un recurso en los juzgados

07 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El campo de golf de Miño inició ayer una nueva etapa, después de sufrir un profundo deterioro durante los últimos meses. Fadesa, la propietaria del complejo, firmó la rescisión del contrato con Xarío Golf Club y Manuel Basanta, y rubricó también un nuevo acuerdo de arrendamiento de servicios al Club de Golf Ártabro. De esta forma, asume la gestión del recinto Jorge Vázquez. Será el encargado de tratar de recuperar los estándares de calidad del recorrido de 18 hoyos, que lleva desde el 2016 en una situación de provisionalidad, mientras no se resuelve la reclamación de Martinsa Fadesa para subastar el campo libre de cargas, ya que el Concello de Miño reclama unas hipotecas sobre esa y otras cuatro fincas.

Basanta asumió la gestión del campo a principios del 2017, después de que Gerardo Mosquera solicitase la liquidación voluntaria de su empresa Gealbegolf, la anterior arrendataria. Tal como reconocieron hace un mes los gestores del recinto, Miño llegó a contar hace años con 400 socios, una cifra que Basanta redujo a 160 cuando exigió a los usuarios una subida de cuotas que los jugadores rechazaron.

Ahora, según trasladó a los socios, Jorge Vázquez asume la gestión del recinto con el propósito de recuperar el buen ambiente en el campo y el adecuado mantenimiento a las instalaciones, no solo del campo, sino también la casa club. Existe el convencimiento de que los recursos se pueden optimizar de otra manera.

El contrato del Club de Golf Ártabro con la propietaria del campo recoge las mismas condiciones que el anterior. De esta forma, Vázquez se compromete a mantener las instalaciones como mínimo hasta el 31 de diciembre del 2020, un plazo prorrogable, supeditado tan solo a que Martinsa Fadesa pudiese subastar antes el campo.

La demora en una solución judicial definitiva impide que se aborde una solución para el campo a largo plazo. Fadesa pidió que se levantasen las cargas sobre el recorrido y el juez resolvió en septiembre a favor del Concello de Miño, que conserva unas hipotecas sobre el complejo deportivo y un total de cinco fincas. A continuación, la propietaria del campo presentó un recurso y, cinco meses después, las partes aún no han recibido el fallo.

La situación de interinidad en la gestión complica que nadie afronte las inversiones necesarias para que el campo recupere unos estándares de calidad. Y esa inquietud la comparten los socios, los vecinos de la urbanización de Miño y, en general, el empresariado y la ciudadanía. El propio alcalde, Manuel Faraldo, se puso en contacto con el nuevo gestor para, dentro de sus posibilidades, ofrecerle su colaboración para contribuir al relanzamiento del campo.