Sus platos son los de siempre, aunque con una presentación renovada y más innovadora
29 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Tradición es la transmisión de conocimientos de generación a generación. Tradición es el Mesón Herves, que después de 59 años en funcionamiento y tres generaciones trabajando en él, abre su nuevo local en la calle Fontán, 4. Son tres hermanos, Patricia, Pedro y Cris, que después de que su madre se jubilase, decidieron tomar las riendas del negocio familiar y llevarlo a la ciudad. Hasta hace cinco meses solo había un Mesón de Herves, y estaba en Herves (Carral). Todavía lo mant¡enen, aunque solo para la celebración de grandes eventos, previa reserva.
«Damos los mismos platos. Puede que cambie la presentación, pero la esencia es la misma», explica Patricia, una de las dueñas del mesón. La comida que allí elaboran se caracteriza por tener un sabor tradicional y usar «productos de mercado». La carta es muy itinerante ya que «la cambiamos todos los días, e incluso llegamos a hacer dos cambios en el día». Por eso sus clientes destacan el sabor de sus pescados que, como dice Patricia, «vienen directos desde la lonja». Precisamente sus platos más demandados son el salpicón de lubrigante y el sanmartiño.
A diferencia con el local en Herves, «aquí queríamos hacer algo más informal. Puedes venir a desayunar, comer, merendar, cenar o simplemente picar algo», comenta Patricia.
La carta de vinos del Mesón de Herves es muy extensa, pero lo que realmente destaca es la forma en que presentan sus Oportos. «Como es un vino que tiene bastantes años hay que decapitar la parte de arriba para poder decantarlo. Así que calentamos unas tenazas de hierro para poder romper el cristal», explica la dueña del restaurante.