La Clarita (Oleiros): una taberna de aire moderno y sabores de toda la vida

Sin necesidad de tener conocimiento alguno del mundo tecnológico y en apenas tres meses de andadura, la taberna La Clarita ha sabido hacerse un hueco en el corazón de Silicon Valley oleirense gracias a una propuesta sencilla, basada en platos y raciones de toda la vida, pero por los que merece la pena ir y también volver. «El local iba a quedarse vacío y empezamos a darle una vuelta a qué hacer. Conocemos la zona y sabíamos que había déficit en el tema del picoteo. Entre semana está funcionando bien, con gente del polígono y los fines de semana llenamos también», explica Silver Roca, al frente también de La Parrocha Dorada de Santa Cristina.

La carta y el espacio invitan a compartir y el mejor modo de hacerlo es a través de sus tablas, tanto calientes como frías. «Son nuestra especialidad. Queremos que sean parte de nuestro ADN y están funcionando muy bien porque dan la posibilidad de picar y probar varios platos», explica el empresario, que bautizó al local con el nombre de su hija mayor. La de la casa cuenta con una exquisita tortilla (no es una exageración), un raxo de lo más jugoso, picaña y pulpo, mientras que la marinera tiene calamares, zamburiñas, gambas al ajillo y pulpo.

Elegir entre ellas resultará complicado y conviene dejarse llevar por lo que apetezca en el momento. Las frías son a base de embutidos ibéricos selectos (jamón, salchichón, chorizo y lomo) y quesos internacionales, desde un taleggio reserva a un cheddar viejo pasando por un gouda de 18 meses o un Reblochon fermier y sin olvidarse de otros de aquí, como un castellano de oveja o un azul de Valdeón. Los amantes de los sabores autóctonos acertarán con la gallega, a base de chicharrones, lacón, empanada, queso gallego del país y chorizo picante.

La carta se completa con raciones sencillas, pero resultonas como la ensaladilla, las croquetas de jamón ibérico o lacón con grelos, los huevos rotos con jamón o gulas o la oreja con cachelos, ensaladas variadas y conservas de primer nivel. En el menú del día que sirven entre semana entran propuestas de la cocina clásica, como la caldeirada de raya, el arroz meloso de marisco o la fabada, que harán las delicias de los devotos de los sabores de toda la vida. «También vamos introduciendo algunas sugerencias como las carrilleras al vino tinto, lubina salvaje a la espalda o salpicón para que la gente encuentre algo diferente cada vez que viene», explica el empresario. Los viernes conviene reservar si uno quiere disfrutar del suculento cocido de La Clarita, aunque también se puede degustar cualquier otro día previo encargo. La idea de Silver Roca es que siga así hasta abril, así que, que nadie se despiste. 

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