
La Autoridad Portuaria de A Coruña invitó a un colegio de Oleiros a crear un mural marino donde había pintadas
16 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Contra las pintadas, arte y talento. Los faros de Mera, que fueron recientemente víctimas de los vándalos, recibieron un tratamiento gracias al trabajo de 57 estudiantes del CEIP Isidro Parga Pondal de Santa Cruz, concretamente todo el alumnado de los tres cursos de sexto de primaria. Durante tres días de la semana pasada se encargaron de borrar unas pintadas que ya habían sido denunciadas por el Concello de Oleiros y, en su lugar, desarrollaron su imaginación y su talento pictórico, una obra que esperan que respete todo el mundo y no vuelvan a pintarrajear los faros.
La actividad se realizó por iniciativa de la Autoridad Portuaria de A Coruña, donde se acordaron del colegio oleirense por la exposición del Aquarium Finisterrae, donde los alumnos expusieron una vela de 60 metros cuadrados con diseños y mensajes sobre la conservación del planeta.
«Esta nueva actividad en los faros permite implicarnos con el entorno, aprender a trabajar en equipo y cuidar el medio ambiente, es una actividad lúdica que pone el broche final para unos alumnos que acaban un ciclo educativo antes de pasar al instituto», señaló la directora del CEIP Isidro Parga Pondal, Loli Silva. En este proyecto también se implicaron los profesores Juan García, Elena Vázquez y Jessica Castro.
¿Y que asoma ahora en la base de los faros de Mera? Principalmente el universo de Bob Esponja y Fondo de Bikini, con todos sus personajes. «Les dijimos a los alumnos que habían venido unos gamberros a pintar el faro y no queríamos que volviera a pasar. Si ven una obra de arte, creemos que la van a respetar, que harán nada sobre nuestro mural», explica la profesora Elena Vázquez.
«Yo pinté una ballena, es una experiencia muy divertida, estoy orgullosa de lo que hicimos», señaló Enma, una alumna de 11 años. Su compañera Elba añade que traerán a las familias para que disfruten del resultado. «Cuando seamos mayores, si esto sigue intacto, recordaremos cómo plasmamos el mar a nuestra edad», reflexiona Ari, una estudiante de 12 años.