El Mandeo da vida a un territorio donde los franceses intentaban no entrar

CRISTÓBAL RAMÍREZ

OZA-CESURAS

cristóbal ramírez

24 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Pura retaguardia del golfo Ártabro. Puro territorio de emboscada para los soldados de Napoleón, que algunas veces lograron salir con el rabo entre las piernas y en otras entregaron allí su alma ante las partidas de los paisanos, con quienes era mejor llevarse bien. Y por cierto esto último no sucedía entre los invasores y los habitantes de Oza dos Ríos, hoy sensiblemente más pacíficos, amables y acogedores.

De manera que desde A Coruña a Oza dos Ríos (hay una salida en la autovía que conduce a Lugo) y pasada por abajo la vía del tren que casi se ha convertido en un identificador de la pequeña localidad, el viajero coge la cuarta desviación a la izquierda.

Son terrenos muy verdes, relativamente llanos en esta zona, lo cual incluso permite que haya rectas, que como todo el mundo sabe son rara avis en Galicia. Y cuando toca ascender o lo contrario (siempre con pendientes suaves), el excursionista debe saber que estará muy acompañado por eucaliptos, algunos de gran porte que, polémicas aparte, no dejan a nadie indiferente vista su magnitud.

Un poco más de dos kilómetros y ya se llega a Maial, y dejando atrás su humilde capilla de San Bieito se baja hasta el río Mendo, que es posible salvar por el puente de Os Cabalos. Y por cierto, paraje maravilloso. A la derecha, lo que queda de un molino —con un panel explicativo del valor y función de esos edificios tan tradicionales en toda Galicia—, y otro más a la izquierda al que se accede por una senda.

Si hay ganas de caminar, en vez de bajar a este último se sigue la pista, que por suerte pasa a ser de tierra, y se llega a la aldea de Paio. Un mero paseo, en efecto, pero muy relajante.

Marcha atrás, y de nuevo en Maial se deja el pequeño templo de San Bieito a la izquierda y se sube para descender de nuevo a otro puente, el de As Moas, todo ello en medio de un bosque de eucaliptos (disfrútese de los olores). Ante los ojos, el mismo río Mendo que antes, conformando un paraje de gran belleza y que desde luego ignora lo que es el covid: por allí no hay nadie.

Regreso —¡una vez más!— a Maial y antes de alcanzar la capilla de San Bieito, desvío a la izquierda en una curva. La pista, estrecha y emboscada, va a conducir a Reboredo, con varios barrios y con su iglesia puesta bajo la advocación del apóstol Santiago.

Siguiendo todo de frente se alcanza la carretera principal. A la derecha y en un par de minutos se entra de nuevo en Oza dos Ríos.

MAIAL

43º13’25”N 8º09’52”W.

LA FOTO MÁS PERSONAL

En el bosque de eucaliptos de As Moas.

PARA TODA LA FAMILIA

Hacer el recorrido en bicicleta desde Oza dos Ríos.

EL DESAFÍO

Conocer la historia de la capilla de San Benito.