Cesáreo López García, mi abuelo

Irene Filgueira López

OZA-CESURAS

Cesáreo López, en el centro, junto a sus hermanos Raimundo (izquierda) y Herminio, con los que fundó Talleres Hércules
Cesáreo López, en el centro, junto a sus hermanos Raimundo (izquierda) y Herminio, con los que fundó Talleres Hércules Cedida

El cofundador de Talleres Hércules falleció el viernes a los 95 años de edad

31 dic 2023 . Actualizado a las 11:25 h.

Hombre luchador, fuerte y familiar. Honrado y conciliador. Muchas palabras te definen, abuelo, pero yo me quedo con lo que tantas veces me repetías: «En la vida hay que luchar, luchar y luchar. Nunca te rindas, se lucha hasta el final». Nacido en la aldea de Figueredo en 1928, viviste una vida con muchas alegrías pero también muchos momentos duros y de dificultad, que afrontabas con ese espíritu despierto e incansable que tanto te caracteriza. Gracias por enseñarnos con el ejemplo que da igual los caminos por los que te lleve la vida, siempre se ha de mantener el foco en lo verdaderamente importante.

Tú y tus hermanos y vuestra devoción por la familia, que tanto nos habéis inculcado a todos. Manteneros unidos fue vuestra fuerza, la que nos transmitís a nosotros y la que permitió a tres chavales de aldea construir un proyecto común al que tanto os habéis entregado, Talleres Hércules. Un proyecto de vida que dejáis como legado, que tantas oportunidades nos ha brindado y del que no podemos más que agradeceros y sentirnos tan orgullosos. Sobre todo, de vuestra manera de hacer las cosas. Honradez por bandera, humildad y generosidad. La viva imagen del compromiso y el esfuerzo. Una manera de hacer las cosas que siempre mostró vuestra humanidad, empatía y mano amiga, y que tanta ilusión nos hace reconocer en la gratitud de quienes os conocieron y trabajaron con vosotros.

Gracias abuelo por enseñarme el amor incondicional, la importancia de la familia y el valor del esfuerzo. Y aunque ahora sea tu luz la que nos guíe, seguirás presente en cada paso que doy. Me acompañas en cada decisión, con tu fuerza y valentía, espíritu incansable y corazón generoso. El mayor de la familia, siempre fuiste un pilar firme en el que apoyarse cuando las cosas tambalean, siempre dispuesto a ayudar a los demás y pendiente de todos. Solo espero crecer y poder parecerme cada día más a ti, para poder ser en algún momento reflejo de todos esos valores que tanto admiro y tan presentes tengo.

Te vas como has vivido, rodeado de mucho amor y de tu familia, a tu lado en todo momento. Gracias por enseñarnos y cuidarnos tanto. Descansa en paz, abuelo. Te quiero siempre