Los alcaldes cuestan 728.000 euros al año

Xosé Gago / Toni Silva A CORUÑA

VILASANTAR

Ángel Manso

El coste medio para cada vecino va de los 28 céntimos de A Coruña a los 29,80 euros de Vilasantar

14 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Los 443.000 vecinos del área metropolitana pagarían 1,60 euros al año si tuviesen que afrontar de forma solidaria y en persona los sueldos de sus veinte alcaldes, que suman 727.800 euros. El coste para cada residente equivale al de un café un poco caro, ya que el precio de esa infusión ronda los 1,20 euros en Galicia.

Pero las diferencias se acentúan si la estimación se hace dividiendo el salario de cada regidor entre los vecinos de su municipio. Como suele ocurrir, los residentes de los ayuntamientos más pequeños son los que afrontan el desembolso más elevado.

Es el caso de los 1.200 vecinos de Vilasantar y Vilarmaior. Sus alcaldes, Fernando Pérez y Carlos Vázquez no son los que más ganan (36.500 y 35.000 euros, cuando la media en el área metropolitana es de 34.658 euros), pero en proporción salen a sus conciudadanos por 29,80 y 28,40 euros cada año, las cifras más elevadas.

Por la contra, los 69.218 euros que cobrará la alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, supondrán 28 céntimos por coruñés cada año. Su trabajo será, en proporción a la población, el menos costoso para las arcas del Ayuntamiento.

Lo mismo ocurre en los ayuntamientos más poblados, que suelen tener a los regidores mejor pagados. Así, los 56.743 euros que percibirá Ángel García Seoane supondrán 1,59 euros a los oleirenses. Los 55.000 euros de los regidores de Arteixo y Culleredo, Carlos Calvelo y José Ramón Rioboo, saldrán por 1,70 y 1,80 euros anuales para sus vecinos. Los 35.000 euros que percibirá Óscar García Patiño en Cambre supondrían 1,40 euros a sus administrados, aunque su dedicación es parcial y puede compaginarla con otras actividades laborales.

Como ya se ha indicado, la proporción sube a medida que desciende la población. Así, los residentes en Sada pagarían 2,10 euros por el salario de 33.000 euros de Benito Portela; y a los de Betanzos les saldría por 3,26 euros al año pagar los 42.150 que percibirá su alcaldesa, María Barral.

Esa tendencia se mantiene, con escasos matices, hasta alcanzar los citados 29,8 euros por vecino de Vilasantar. La única excepción son los ayuntamientos en los que el alcalde no cobra. Hay tres casos: Cesar Longo en Paderne, Francisco Quintela en Coirós y Manuel Vázquez Faraldo en Miño. Los dos primeros están jubilados y percibirán sus pensiones. El tercero es responsable del área económico-financiera del Puerto de Ferrol y profesor de la Universidade da Coruña.

Claro que los ciudadanos pagarán algo más que un café, ya que también tendrán que hacer frente a los salarios de los concejales y de sus equipos de confianza. En A Coruña, solo el coste de los salarios de los ediles, sin su personal de confianza, que aún está por determinar, asciende a 1,1 millones de euros, es decir 4,66 euros por vecino. Por lo tanto, el sueldo de la alcaldesa, que en este mandato se ha equiparado al del alcalde de Vigo y no es especialmente elevado para una ciudad del tamaño de A Coruña, supone el 6 % del gasto total en salarios de cargos políticos que afrontarán los coruñeses. De esos 1,1 millones, más de la mitad, casi 596.000 euros, corresponden a la oposición. En total, los vecinos de A Coruña pagarán 2,40 euros cada uno al año por las retribuciones de la oposición, y 2,20 euros por las del equipo de gobierno. Todo sin tener en cuenta a sus asesores, que serán casi el doble, 17 frente a diez, que los de la oposición.

García Seoane lidera un equipo en el que todos cobran

El alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane (Alternativa dos Veciños), percibirá en este mandato algo más de 56.000 euros brutos anuales. La última subida de 2.700 euros le permite seguir siendo el regidor con mejor nómina en las comarcas de A Coruña y Betanzos, sin contar el caso de Inés Rey. En Oleiros se da la infrecuente circunstancia de que todos los concejales del gobierno (doce) tienen algún tipo de asignación. Tras el alcalde, dos edilas, María José Varela y Marga Figueroa, perciben 42.000 euros brutos al año. También hay dos asignaciones de 31.500 (para Esther Garrido y Teresa Vázquez). Los otros ocho perciben la misma cantidad bruta anual: 26.269. En otros ayuntamientos similares en población, como Arteixo, Cambre y Culleredo, dos de los ediles del gobierno no cobran ninguna dedicación.

Deibe pide que el Estado fije los sueldos, no los topes

De todos los alcaldes que se han puesto un sueldo en la comarca coruñesa, Antonio Deibe es, otra vez, el último de la cola. Hace ocho años la nómina del regidor de Irixoa (PP) apenas alcanzaba los 14.000 euros brutos al año. Desde el mandato anterior ha adecentado un poco la cifra, pero muy lejos de sus colegas de partido y alcaldes de poblaciones de tamaños similares. Deibe cobrará 19.600 euros brutos al año. «Para un concello como o noso, con cerca de 1.400 habitantes considero que 30.000 ou esas cifras que se oen por aí é moito». Así que se ha puesto el 60 % de una jornada completa, «pero estou igualmente 24 horas ao día». Deibe considera que el Estado debería poner los sueldos por población, no los topes «senón a cifra exacta». ¿Se vive con 19.600? «Tamén teño unha explotación gandeira».

Quintela nunca tuvo nómina como regidor en casi 30 años

francisco Quintela rebasará en este mandato los tres decenios como alcalde de Coirós y presume de no haber cobrado nunca un sueldo por su cargo público. De hecho, bromea con que en este mandato ha multiplicado por dos o por diez la nómina anterior. «El resultado es el mismo, cero». Médico jubilado, vivió de su profesión y ahora de su jubilación. «Cuando llegué al Ayuntamiento el anterior alcalde había marcado un sueldo de 50.000 pesetas, pero no me pareció correcto y lo eliminé», dice Quintela, del Partido Popular, y cuyas percepciones del Concello se limitan a las asignaciones plenarias y comisiones. «Me ofrecieron ser diputado, parlamentario, e incluso candidato a alcalde en algún ayuntamiento cercano (se refiere a Betanzos), pero nunca acepté, a mí lo que me gusta en la política es estar cerca de la gente».