Algunas citas no tienen representación femenina en su cartel principal. «Nos pasan cosas surrealistas, como que se crean que somos novias de alguien en lugar de artistas», dice Anxela Baltar, del grupo BALA
28 jun 2023 . Actualizado a las 10:53 h.Ni Miss Cafeína es una mujer al borde de un ataque de nervios, ni Mago de Oz trae a Dorothy debajo del brazo. Ambos grupos actuarán en el Recorda Fest, el festival que se celebrará los días 8 y 9 de septiembre en A Coruña y que, salvo sorpresa —la organización se guarda un artista sin revelar— y algún grupo mixto, no cuenta con mujeres en su cartel principal. Ocurre con Noites do Porto, que aunque también está pendiente de alguna confirmación, de momento deja la cuota femenina de artistas principales a cero. Hay excepciones: Dorian tiene una música en la banda, como ocurre en Triángulo de Amor Bizarro, pero lo cierto es que no hay solistas ni grupos formados íntegramente por chicas en las actuaciones cerradas para este festival.
Este suma y sigue se extiende al grueso de eventos musicales que van a tener lugar en la ciudad en los próximos meses. Sin ser tan exagerado, lo cierto es que no hay festival donde las mujeres tengan más presencia que los hombres. Ni siquiera la misma. Es el Atlantic Pride donde hay más variedad en cuestión de género, pero en el resto de citas la diferencia es abismal. En Coruña Sounds solo está la francesa Zaz; en Wake Up and Dream, de música electrónica, son tres las mujeres, de un total de trece artistas. Y en esta segunda edición del Morriña Fest, uno de los eventos más esperados del verano en la ciudad herculina, de los 24 grupos y solistas anunciados, solo cinco son mujeres. De momento, queda la incógnita de qué va a ocurrir con el Noroeste, la gran cita de las Fiestas de María Pita cuyos artistas son todavía un secreto.
Puede que sea este el festival que arroje luz a una situación que deja en la sombra a las mujeres que trabajan en este sector Como indica Anxela Baltar, integrante de BALA y miembro de Mujeres en la Industria Musical (MIM), el Primavera Sound de Barcelona y el Noroeste fueron un referente a la hora de cambiar dinámicas en este tipo de eventos. De hecho, pone el foco en la edición del 2018 del festival coruñés, donde «el cartel fue duramente criticado y, qué casualidad, había muchas mujeres». «Marcó un antes y un después en la ciudad por la cantidad de oportunidades que se le dio a grupos nuevos y se demostró que se podía hacer un festival de calidad cambiando el chip de manera sustancial», remata.
Hablando con Anxela queda claro que el cosmos de los festivales aún gatea, en muchos casos, en términos de igualdad. «Es que nos ha pasado de todo, cosas surrealistas como que crean que en lugar de artistas somos novias de alguien, que nos digan que 'para ser chicas tocamos muy bien' o que no nos pueden contratar porque 'ya hay un grupo de chicas en el cartel'». Con todo, sí piensa que las cosas están cambiando y que, en términos generales, «cada vez hay un compromiso mayor y real por alcanzar una igualdad».
Carlota Ojea es promotora gallega, y como voz autorizada en esta materia lo tiene claro: «Las programaciones de los festivales vuelven a tener brecha de género». Dice que esto ocurre en términos generales, y que se debe a que pocos caen en la cuenta de que es necesario incluir mujeres encima del escenario, pero también debajo y detrás. «Hay pocas mujeres cantantes en la mayoría de carteles, pero esto ocurre también en el terreno de las instrumentistas que acompañan a las bandas o en perfiles técnicos. ¿Dónde ves a una mujer llevando la parte de iluminación? ¿y a una jefa de producción? Esto pasa de manera mucho más acusada en la música que en otras industrias similares, como puede ser la del cine, donde cada vez hay más mujeres en puestos de responsabilidad con perfil técnico».
«Aunque normalmente se habla de cuotas, yo creo que la evolución real sería dar por hecho que lo natural es que haya mujeres en todas las áreas, sobre todo porque si una chica que toca la batería o una técnica de sonido no tienen acceso al mercado laboral acabarán dedicándose a otra cosa, y dejarán de ser referentes para las niñas. Y así sucesivamente».