Los Juegos Olímpicos y por qué a los coruñeses siempre nos quedará París

L. G. V.

VIVIR A CORUÑA

Antiguo Cine París, en la Calle Real de A Coruña
Antiguo Cine París, en la Calle Real de A Coruña

La capital francesa está estos días en la mente de todo el mundo. Casi literalmente. Pero los herculinos conviven a diario, de una manera muy particular, con esta ciudad gala

26 jul 2024 . Actualizado a las 15:27 h.

Suso nunca estuvo en París, pero la capital francesa ha marcado su vida. La ciudad de la luz, el amor y, ahora, de las Olimpiadas, lleva medio siglo acompañándole. Actual propietario del Mesón París, en el barrio de Os Castros, cuenta que la casualidad ha hecho que este histórico establecimiento celebre que lleva medio siglo en pie coincidiendo con el comienzo de los Juegos. Se pone nostálgico recordando la razón que llevó a sus padres a ponerle este nombre al local. «Eran épocas difíciles. Habían emigrado a Suiza y, de vuelta a Galicia, pasaron unos días en París. Les enamoró y así acaba esta historia». 

Los viajes al extranjero se idealizaron hasta que Ryanair y Airbnb —y sus hermanos mellizos de bajo coste— cambiaron la manera que la sociedad tenía de hacer turismo. Descubrir una capital europea es para muchos la escapada perfecta de un puente o incluso de un fin de semana, pero hace unas décadas solo se podía conocer mundo en ocasiones tan especiales como la luna de miel. Es lo que les ocurrió a los padres de Xulián Suárez, que regenta la confitería París, en Monte Alto. Se lo contó al suplemento YES: «Meu pai viña de traballar na Citroën, en Vigo, e viaxaba moito a Francia. De lúa de mel foron a París e era unha cidade á que lle tiñan cariño así que quedou ese nome». 

La repostería y A Coruña pasan inevitablemente por la capital francesa para muchos herculinos. Y esto mismo ocurre con el séptimo arte. El Cine París ha tenido diferentes caras —antes de dedicarse a las películas fue tienda de moda; después, tienda de moda otra vez de la mano de Inditex, y ha acabado reconvertido en bar de copas—, pero en el imaginario colectivo de la mayoría de coruñeses siempre será ese patio de butacas donde comer palomitas. El que es uno de los edificios más icónicos de la calle Real fue proyectado por el arquitecto Eduardo Villardefrancos, y desde 1908 estuvo más de noventa años en pie alimentándose de películas como La guarida, la última que pudo verse en este cine. Heredó el nombre del salón Villa de París, que con esta alusión a la que entonces era la capital de la moda, se garantizaba la clientela más fiel de la urbe. 

MARCOS MÍGUEZ

De esencia chic vive también Muebles París. Se trata de una tienda situada en la calle Orzán donde la mayoría de su mobiliario recuerda a la estética art decó. Precisamente, el nombre de deriva de la Exposición de Artes Decorativas e Industriales (Exposition internationale des arts décoratifs et industriels modernes) celebrada en París en 1925, que consolidó con enorme éxito esta corriente.