A Coruña cumple el 38 aniversario de la la histórica nevada de 1987 con tiempo gélido

Y.G.

VIVIR A CORUÑA

El 14 de enero de hace casi cuarenta años la comarca y buena parte de Galicia amaneció cubierta de un manto de nieve para el recuerdo

14 ene 2025 . Actualizado a las 13:51 h.

Las lluvias de la semana pasada en A Coruña se han intercambiado por el frío. Un anticiclón de bloqueo, que impide la llegada de borrascas y dirige un aire frío del norte hacia Galicia, mantendrá una semana de temperaturas bajas en la comarca, con mínimas que podrían caer por debajo de los siete grados. La situación es peor en algunas localidades del interior de Galicia, con un mercurio que podría alcanzar valores negativos en zonas del sur de Ourense, con alerta amarilla por frío. Este tiempo gélido trae a la memoria la histórica nevada que cubrió A Coruña y gran parte de Galicia hace este martes 38 años.

El 14 de enero de 1987, A Coruña amaneció cubierta por una capa de nieve que paralizó la ciudad. Durante la noche del 13 al 14 de enero, la nieve llegó a las calles coruñesas, donde el frío y la sorpresa se mezclaron con la alegría de los habitantes. Para muchos, era la primera vez que veían nevar en la ciudad. La nevada trajo consigo cierto caos en el tráfico, con varias salidas sin heridos en el puente de A Pasaxe o problemas de acceso en el Chuac. Sin embargo, a pesar de las dificultades, la nevada fue recibida con entusiasmo por los coruñeses, que salieron a las calles a disfrutar del fenómeno.

La crónica de La Voz de Galicia destacaba que fue una noche para el recuerdo. «Desde las ventanas, en la calle, en las cafeterías, los flashes disparaban desde todos los ángulos. Familias enteras bajaban a hacerse el retrato, en ocasiones junto al coche», escribió. En toda la ciudad aparecieron multitud de muñecos de nieve. Hubo patinazos y caídas. Y en las calles de más pendiente, los más jóvenes aprovecharon para demostrar «habilidades circenses, como auténticos patinadores profesionales o esquiadores sin equipo», añadió.

Únicamente quienes superaban la treintena ese día se acordaban con nitidez de la anterior nevada de 1963: «Me acuerdo que entonces lloraba de frío», contaron a La Voz. Los más viejos del lugar, con la capacidad de sorpresa un poco más mermada, recordaban otras visitas de la nieve, como la del 45, en la que la Torre de Hércules apareció cuajada.