Cuatro fantásticas revolucionan la gastronomía de A Coruña: «Me han llegado a decir que contratar a una mujer es un coñazo»

VIVIR A CORUÑA

Iria Espinosa (Árbore da Veira), Nataly Rodríguez (55 pasos), Ana Señarís (Terreo), Alba Naya (A Pulpeira de Melide)
Iria Espinosa (Árbore da Veira), Nataly Rodríguez (55 pasos), Ana Señarís (Terreo), Alba Naya (A Pulpeira de Melide) MARCOS MIGUEZ

Iria, Nataly, Ana y Alba son las únicas de esta ciudad que lideran restaurantes reconocidos por las mejores guías. ¿Por qué no hay más?

30 mar 2025 . Actualizado a las 11:16 h.

Parecía imposible poder juntar de un día para otro a las mujeres que lideran, en A Coruña, los restaurantes que tienen mención o premio en los manuales de recomendaciones más prestigiosas: la guía Michelin y la guía Repsol. No porque el número de chicas que está al frente de locales de hostelería punteros sea abultado, sino porque a sus jornadas maratonianas hay que sumarle una conciliación que intentan cumplir a rajatabla. Sin embargo, Iria, Nataly, Ana y Alba accedieron al instante a una convocatoria que tenía claro su objetivo: dilucidar por qué en una ciudad que destaca en materia gastronómica solo cuatro restaurantes top tienen impronta femenina.

El encuentro se produce en 55 pasos, el local que Nataly Rodríguez y su pareja, Balázs Menyhard, tienen en la Ciudad Vieja y que ha sido distinguido por la guía Repsol. Son las seis de la tarde y todas están cansadas después de servicios agotadores y una semana marcada por el Fórum Gastronómico, que trajo a sus casas de comidas a lo más granado del panorama hostelero nacional. Entre vinos y cañas pronto entran en calor, y antes de debatir sobre la delicada situación de la mujer en su sector dejan claro que además de compañeras son amigas: «Ahora hablamos de lo que haga falta, pero primero que quede claro que de esta quedada tiene que salir una cena», lanza Nataly. La pregunta obligada es dónde.

Podría ser en Árbore da Veira, el único local con estrella Michelin de la ciudad, que regenta Iria Espinosa junto a Luis Veira. También en Terreo, de Ana Señarís y Quique Vázquez, que hace un año consiguió un Sol Repsol; o en la Pulpeira de Melide, que dirigen Alba Naya y Gorka Rodríguez y que también recomienda la guía Repsol. Estos espacios gastronómicos son un referente por motivos culinarios, y la excepción a la tónica que impera en A Coruña.

El enorme elefante entra en la habitación diez minutos después de haber entrado en materia. Las profesionales caldean el terreno hablando de que «las cosas no son igual que antes», que «ya hay chavalas al frente» y que «no se ve un machismo tan galopante». Pero finalmente se rompe un muro que, según cuentan, está más presente en su sector que en muchos otros y que afecta a las mujeres por el simple hecho de serlo: la maternidad.

Para conocer a fondo estos restaurantes, haz clic sobre el nombre de cada uno:

 Aunque no todas tienen hijos, se alcanza un absoluto consenso a la hora de concluir que lo que más les penaliza es que aún se entiende que traer un bebé al mundo es sinónimo de rendir menos en el trabajo. «Si estás en edad fértil es probable que en muchos restaurantes te rechacen. A mí han llegado a decirme que “contratar a una mujer es un coñazo”». Lo cuenta Ana y el resto asienten porque han vivido situaciones similares. Y coinciden en que una pregunta que está superada en otros sectores, en entrevistas de trabajo de hostería aún se repite: ¿vas a querer ser madre?

«Para mí es la pescadilla que se muerde la cola. Si hay mujeres en puestos de mando, como es mi caso, vas a tener cierta mano izquierda, más sensibilidad, con las mujeres que quieren ser madre y no pones problemas, pero para eso tiene que haber mujeres con capacidad de decisión».

Las cuatro reconocen que, en materia de horarios, la situación no se parece a la que se encontraron cuando empezaron su andanza laboral. «Entonces podías trabajar 15 horas y cobrar 8», calcula Ana. Hablando de sueldos, la brecha salarial pronto se une a la mesa. «Es el otro gran tema», avanza Nataly, para añadir que ella, que estudió Dirección Hotelera, ha trabajado en alojamientos «en los que he cobrado menos que el maître siendo yo directora de alimentos y bebidas porque me lo vendían como que me estaban dando una oportunidad, solo porque era mujer y además joven».

«Hemos tenido que demostrar el doble que un hombre para estar donde estamos. Por eso somos mujeres con carácter que no nos dejamos pisar», remata Nataly. Su público —sus amigas— aplaude y se toma el penúltimo vino.