Bajos comerciales en los que el metro cuadrado cuesta dos euros: «Nadie quiere alquilar un negocio si no es en el centro»

VIVIR A CORUÑA

Celso Sanjurjo en su tapicería del entorno de Santa Margarita
Celso Sanjurjo en su tapicería del entorno de Santa Margarita MARCOS MÍGUEZ

El valor de los comercios que se encuentran en los barrios se desploma. Los propietarios tardan casi un año en arrendarlos, pese a que muchos tienen precios de saldo

27 jun 2025 . Actualizado a las 12:07 h.

La ley de la oferta y la demanda trabaja a diferentes ritmos en el mercado inmobiliario de A Coruña. La ciudad sufre una grave crisis habitacional —pocos inmuebles y a precios desorbitados— que se intentará paliar en los próximos meses con dos medidas: la declaración de la urbe como zona tensionada y la regulación de las viviendas de uso turístico. Mientras los carteles de «Se alquila» brillan por su ausencia en las ventanas de los pisos, estos anuncios se multiplican en los bajos comerciales. Pese a que los propietarios reducen los precios hasta cifras irrisorias —en portales como Idealista se ofrecen negocios con el precio del metro cuadrado por debajo de 1 euro—, muchos tardan más de un año en arrendar sus negocios. Otros ni siquiera llegan a conseguirlo.

En varias agencias confirman una tendencia que es la antítesis de lo que ocurre con la vivienda. «No hay interés por alquilar un bajo comercial si no es en el centro, ni aunque los precios estén por los suelos». En la inmobiliaria Homemate sintetizan así lo que vive en sus carnes Celso Sanjurjo. Tras más de cuarenta años al frente de una mueblería-tapicería en la zona alta del parque de Santa Margarita, ha decidido jubilarse y traspasar su local, decisión que le está provocando más de un quebradero de cabeza.

Con 170 metros cuadrados, un taller, un almacén, y situado en un enclave que él considera «privilegiado» al tratarse de una esquina que le permite tener cuatro escaparates, Celso lleva un año intentando que su local cambien de manos. En la actualidad lo alquila por 400 euros al mes —2,35 euros el metro cuadrado—, un precio bastante inferior a lo que ofertan los portales de búsqueda de piso, pues el inmueble más económico disponible en la actualidad está en Vioño, tiene 35 metros cuadrados y cuesta 480 euros. Aún así, le está resultando imposible. «No hay gente para montar nada, ya nadie quiere este tipo de oficios y yo no puedo bajarle más el precio. En este me planto».

La falta de relevo generacional, la desafección por los empleos artesanales y poder comprar a golpe de clic son los tres grandes factores que provocan que haya mucha más oferta que demanda de bajos comerciales. Es la explicación que dan en Homemate, y a este argumento se suman en la inmobiliaria Remax. «Los poquísimos interesados en arrendar un negocio quieren sí o sí la zona centro y, casi siempre es para arriesgar con un establecimiento de hostelería», indican en esta compañía.

También mencionan la gran brecha que existe entre las consideradas millas de oro de la ciudad —los Cantones, la plaza de Lugo, Juan Flórez...— y unos barrios que ganan adeptos para vivir, pero no para emprender. «Si la zona es comercial puedes ponerle casi el precio que quieras, y seguramente más temprano que tarde se alquile. Pero hay que tener en cuenta que, como la mayoría quiere montar un bar o un restaurante, es importante que el local tenga salida de humos o que se pueda hacer», rematan.

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 A favor y en contra: ¿hay que facilitar la conversión de estos locales en viviendas?

Para algunos la solución es bien sencilla: si los dueños de bajos comerciales no encuentran arrendatarios y el acceso a un hogar digno es cada vez más complicado, «sería interesante que se pudiera cambiar el uso de un local a vivienda, pero cuando lo intentas el Ayuntamiento pone muchas trabas». Víctor López, copropietario de la inmobiliaria Titil Realty lo ve claro. En otras agencias de compraventa de pisos también consideran esta opción como un remedio, más teniendo en cuenta que desde el 2023 la Xunta permite esta modificación. Sin embargo, arquitectas como Ruth Varela, presidenta de la delegación de A Coruña del Colegio de Arquitectos (COAG), se oponen de plano.

«Los bajos de los edificios no son adecuados para poner una vivienda por cuestiones obvias como la contaminación, la falta de luz o los problemas de seguridad». Indica esta profesional que no se puede «pensar siempre desde el punto de vista inmobiliario», «sobre todo porque está claro, y nadie lo niega ya, que lo que se pretende colocar en estos bajos son viviendas de uso turístico». Respecto a si el Ayuntamiento torpedea el cambio de uso de estos bajos, Varela considera que «solo cumple la norma, pero sencillamente es muy difícil que los comercios cumplan los requisitos, sencillamente, porque un bajo comercial no está pensado para vivir en él».

El pasado año, el gobierno local concedió 23 licencias para cambio de uso —incluyendo, en este caso, garajes y trasteros—, y se denegaron 21 solicitudes. Los bajos deben tener 40 metros cuadrados, una altura de 2,5 metros, ventilación, luz natural y salida de humos.