La ambición más larga del mundo: el paseo marítimo de A Coruña cumple 35 años

VIVIR A CORUÑA

A la izquierda, el tramo del paseo marítimo de la Avenida Pedro Barrié de la Maza, donde empezó todo. A la derecha, O Portiño, la última fase inaugurada.
A la izquierda, el tramo del paseo marítimo de la Avenida Pedro Barrié de la Maza, donde empezó todo. A la derecha, O Portiño, la última fase inaugurada. MARCOS MÍGUEZ

La senda que cambió la imagen de la ciudad supera hoy los 13 kilómetros. El 10 de septiembre de 1990 comenzaron las obras en la Avenida Pedro Barrié de la Maza

07 sep 2025 . Actualizado a las 11:09 h.

Los primeros días de septiembre de 1990, la expectación sobre las inminentes obras del paseo marítimo dominaban la conversación en A Coruña. Los 1.600 metros de senda que iban a empezar a construirse en la Avenida Pedro Barrié de la Maza, en la ensenada del Orzán, estaban destinados a marcar el principio de una nueva historia, la que convertiría a esta ciudad «en una de las más bellas de Europa».

Lo vaticinó Javier Sáenz de Cosculluela el día que se puso la primera piedra, y no dio puntada sin hilo. Hace 35 años bastaba con mencionar el Viejo Continente para que a cualquiera se le hicieran los ojos chiribitas. Entrar en Europa, de la manera que fuera, era una obsesión en un país que aún arrastraba los complejos de la dictadura, y que creía profundamente en que avanzar pasaba por poner el trazado urbano al servicio de la vanguardia. Quizás por eso, la frase pronunciada por el entonces ministro de Obras Públicas fomentó ese sentir general que lleva a los coruñeses a presumir a diario de un paseo hermoso por sus vistas, pero que además, creen algunos, sigue siendo de récord.

No le vamos a llamar bulo, sino equivocación, ya que incluso Wikipedia ofrecía hasta hace poco un dato que llevaba a engaño. Según esta web, guías turísticas y, sobre todo, según el boca a boca, el paseo marítimo de A Coruña es el más largo del mundo. Ojo, durante un tiempo esta afirmación fue cierta. De hecho, A Coruña tuvo que esperar hasta el 2011 para poder gritar este bombazo. Aquel año, gracias al tramo que llega hasta O Portiño, la ciudad conseguía sumar más metros que ninguna otra senda de un lugar costero. Pero este gran reclamo para visitantes duró poco. En el 2016 Lanzarote empezaban unas obras que unirían los dos tramos ya existentes en la isla, culminando así más de 26 kilómetros de paseo marítimo y, por tanto, arrebatándole el título a la ciudad gallega.

El anteproyecto para mejorar los 2,5 kilómetros que van de O Portiño a Bens lleva años encallado en pro de que progresen los trabajos de As Xubias, en el otro extremo del borde litoral. No siempre ha sido así; es más, hubo un tiempo en que las obras del paseo marítimo avanzaron a velocidad de crucero. Una vez finalizó la construcción de los 1.600 primeros metros, la actuación continuó y en menos de un lustro se llegó a San Roque de Afuera, Orillamar y O Parrote, donde hoy tantos coruñeses y turistas inician una ruta que mira al Atlántico a pie, en patines o también en bici. Precisamente este recorrido fue el germen que animó a cantidad de herculinos a lanzarse a las dos ruedas, haciendo de A Coruña una ciudad plagada de bicicletas.

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Según documentó el geógrafo Luis Alfonso Escudero, a principios del milenio había registrados en España más de 200 paseos marítimos. Este experto mencionó en el 2002 una tendencia que sigue perenne, al menos en A Coruña: «En la mayoría de urbes marítimas se realizan actuaciones dirigidas a despejar la vista hacia el mar y reacondicionar e integrar la vida urbana en las áreas literales». Si en los noventa el paseo marítimo se convirtió en la obra estrella del gobierno de Francisco Vázquez, en la actualidad el proyecto Coruña Marítima —la reconversión de los muelles en nuevas zonas abiertas a la ciudadanía— es una de las grandes apuestas de la alcaldesa Inés Rey.

Las farolas llevan más de veinte años siendo un icono de la ciudad. Esta imagen es del año 2004
Las farolas llevan más de veinte años siendo un icono de la ciudad. Esta imagen es del año 2004

El paseo marítimo se ha ganado a pulso el reconocimiento de icono. Parte de su atractivo se lo debe a unas farolas que se han convertido en una seña de identidad local. Hace más de dos décadas que estas luminarias escarlatas de aire modernistas decoran parte del trazado urbano. Como parte de la necesidad por generar titulares grandilocuentes, en 1995 se dijo que este proyecto era «el más ambicioso de alumbrado público ejecutado en Europa en los años noventa». Wikipedia ni confirma ni desmiente.