A Coruña se queda sin Glaccé pero no sin colas: los locales en los que siempre toca esperar
VIVIR A CORUÑA

El 28 de septiembre cierra definitivamente la confitería con los roscones más famosos de la ciudad. Otros productos generan casi el mismo «hype» que estos dulces en vías de extinción
12 sep 2025 . Actualizado a las 13:30 h.Hacer cola el 5 de enero para conseguir un roscón de Glaccé es (era) para infinidad de coruñeses una tradición equiparable a ver el sorteo de Navidad el día 22, comer uvas en Nochevieja o ver la cabalgata de Reyes. Hace unos días se conocía que esta confitería, situada en la céntrica calle Menéndez Pelayo, cierra sus puertas definitivamente el 28 de septiembre tras 60 años abiertos. En los últimos años, el boca a boca ha provocado que las tradicionales colas se hagan cada vez más largas en este y otros locales. El efecto, amplificado por lo que muestran las redes sociales, llega a otros establecimientos donde, a diario pero sobre todo el fin de semana, la gente se amontona para poder disfrutar de sus productos.
Miss Maruja:
Es el plan perfecto de cada vez más coruñeses: empezar el día cargando fuerzas en Miss Maruja. Pese a que desde que abrió, hace más de diez años, infinidad de locales han apostado por romantizar los desayunos, esta cafetería de Zalaeta sigue siendo imbatible. Cada domingo, los coruñeses se arman de paciencia para esperar, a veces hasta media hora, por la tarta de limón y arándano, la tosta de hummus y huevo poché o el sándwich de pastrami. Lo mas recomendable es reservar, sobre todo si quieres hacer un brunch, para poder disfrutar de un desayuno de campeones.
Doña Bárbara:
La peregrinación de clientes que cada fin de semana se acerca a este diminuto local del final de Alfonso Molina aumenta desde hace cuatro años, cuando abrió Doña Bárbara. Su café de especialidad y cualquiera de sus piezas de repostería artesanal bien valen las colas de más de 15 minutos que esperan sus fieles. La clave de la espera es el mimo que los dueños, Yeli Andrade y Andrés Guerrero, le ponen al oficio: «Solo tenemos cuatro manos y todo pasa por nosotros». Cada fin de semana se levantan a las 04.00 horas para poder tener lista la repostería a las 09.30 horas.

Berna:
Los amantes de la tarta milhojas saben que la de Berna bien vale una espera. Aunque puedes tener suerte y aterrizar en esta pastelería un día sin mucho movimiento, lo normal es que estén hasta arriba. Abierta desde 1957, de Berna sale también una de las tartas de fresas con nata más famosas de la ciudad. Para aligerar tiempos cuentan con dos colas, una para recoger pedidos y, otra para clientes que no han hecho encargo.
Las heladerías de la Marina:
Tradicionalmente, las mayores colas que durante años registró la ciudad se concentraban en la Marina. Los amantes de La Italiana y la Colón se enfrentaban casi tanto como los que hoy prefieren los churros del Timón a los de Bonilla, y viceversa. En la actualidad, y con la Italiana en el recuerdo, en esta arteria turística conviven un buen puñado de heladerías que siguen generando atracción entre locales y visitantes. Está Rafa Gelato, la IBI, se mantiene la Colón y hace ya unos años llegó Bico de Xeado. Este último establecimiento, llueva o truene, siempre está hasta los topes.
Starbucks:
El único local que tiene esta cadena de cafés en el centro de A Coruña generó tal expectación el día de su apertura, este verano, que la cola acumuló centenares de personas. Es cierto que ese día, los primeros cien clientes recibían premio. Queda por comprobar, como ocurre en otras ciudades, si cuando Starbucks lance sus productos especiales de otoño o Navidad, se volverá a repetir esta estampa.