Dos cineastas europeos, Hans-Christian Schmid y Bertrand Tavernier, devolvieron ayer la fe en la justicia al público de la Berlinale, con dos películas tan diferentes como Storm , y In the electric mist , ambas rodadas en inglés, la lengua franca que impera en la 59.ª edición de este festival.
El cineasta alemán arrancó sentidos aplausos con su thriller político sobre las dificultades que afronta el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia. La neozelandesa Kerry Fox (Oso de Oro por Intimacy en el 2001) encarna a Hannah Mayard, fiscala en La Haya, que consigue convencer a una joven para que haga pública la violación sistemática de la que fue objeto en Bosnia, cimentando la acusación contra un criminal de guerra serbio.
Destacó el cineasta de 43 años la contribución de este organismo a la hora de hacer justicia entre las víctimas de Milosevic, Mladic y secuaces. ¿Que cómo se ha tardado tanto en hacer una película sobre un tribunal que tiene los días contados? La respuesta de Schmid es que el tema es «demasiado complicado». El tribunal de la ONU termina su actividad en el 2010, un ultimátum que criticó el director de Requiem : «Trabajan bajo presión de tiempo -apuntó-, algo especialmente duro para los testigos», que necesitan que se los escuche, concluyó el polifacético director bávaro.
El logro de la película, rodada casi íntegramente con cámara al hombro, radica en que es un retrato realista, donde queda patente el interés de los políticos europeos y de la ONU por cerrar los casos cuanto antes y acelerar el proceso de integración de los Balcanes en la Unión Europea.
Justiciero a la medida
La fiscala Mayard es ejemplo de «entusiasmo, realismo y pasión», en palabras de su álter ego, Fox. La misma pasión contenida que nos transmite un impecable Tommy Lee Jones en la otra gran película de la jornada: In the electric mist (algo así como 'En la bruma eléctrica'), donde Jones da vida a un policía íntegro a la caza de un asesino en serie en el estado de Luisiana.
Después de su trabajo en No es país para viejos , de los Coen, el papel de justiciero parece hecho a la medida de Tommy Lee Jones. El último trabajo del veterano director galo ( La pequeña Lola o Salvoconducto ) se sitúa en una Luisiana poshuracán Katrina , entre fantasmas de soldados confederados y mafiosos del calibre de John Goodman.