«Preparo mis ''Confesiones de una vieja dama indigna''»

Concha Pino

CULTURA

06 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La escritora catalana y hasta hace 8 años dueña y directora de la editorial Lumen, Esther Tusquets (Barcelona, 1936), trabaja en la segunda parte de sus memorias, un libro que no tenía ganas de escribir «porque contar la verdad de gente que todavía está viva y muy próxima es muy complicado», aseguró en su corta estancia en Santiago como miembro del jurado del premio Compostela de Álbum Ilustrado.

-Su último libro es autobiográfico, pero parcial porque se quedó en los 60.

- Habíamos ganado la guerra es es la historia desde mis primeros recuerdos, desde el día que entraron las tropas de Franco en Barcelona hasta los 21 o los 22 años. Es mi libro que más se ha vendido, y me han insistido tanto para que escriba la segunda parte que estoy haciendo la continuación. Primero la releeré y veré hasta donde llego y hasta donde no llego. Se va a titular Confesiones de una vieja dama indigna.

-

¿Por qué indigna?

-Me quedé con el título de una película francesa que vi hace al menos 40 años que me hizo mucha gracia. Y bueno, creo que me estoy convirtiendo en un vieja dama indigna. Soy muy mayor.

-En « Correspondencia privada» critica a la burguesía franquista. ¿Quién la sustituyó?

-Creo que son los mismos. Cuando publiqué Habíamos ganado la guerra creí que parte de la burguesía que son mis amigos y mi familia se enfadaría. Y no se enfadó nadie, estaban encantados de reconocerse en la foto de la cubierta y de identificarse con los escenarios.

-¿Qué representó para usted la experiencia de Lumen?

-Fue un trabajo muy agradable, una experiencia que estuvo muy bien. Hicimos una tarea bien hecha y satisfactoria, pero nunca estuve comprometida de una manera importantísima. No lo elegí, me cayó encima cuando mi padre compró la editorial y me dijo: «Te podías ocupar un poco». Tuve suerte, porque Mafalda y El nombre de la rosa fueron dos éxitos económicos que nos permitieron editar cosas que sabías que no se iban a vender, pagar bien a los colaboradores... Lumen estuvo muy bien, pero era mi trabajo, con el que me ganaba la vida.

-¿Le fue fácil conciliar ese labor con el de escritora?

-Sí, no fue incompatible. Empecé a escribir muy tarde, pero no porque la editorial me lo impidiera, sino porque no me gustaba lo que me salía. A los 39 años decidí que llegaría al final, y salió El mismo mar de todos los veranos .

-Y una trilogía

-Aquella primera novela tuvo mucho éxito, y como una es muy vanidosa, me animó mucho y la trilogía salió muy fácil, porque se mantiene el mismo tono.

-¿Como ve el actual panorama editorial?

-Si el problema cuando empecé era que se editaba demasiado, en lugar de mejorar ha empeorado. Se editan demasiados libros y tienen una vida brevísima. Lo venden dos meses, y si no se convierte en best seller se retira de catálogo y se destruye. La cantidad de libros que se destruyen en España sería un escándalo si lo supiéramos.