«Es excitante poder ser un día un gay del sur y otro un americano de los treinta»

ANGÉLICA MARTÍNEZ

CULTURA

El actor escocés se pone el alzacuellos en la superproducción «Ángeles y demonios», que hoy se estrena en las salas de cine españolas

14 may 2009 . Actualizado a las 18:25 h.

Ewan McGregor les ha cogido gusto a las superproducciones. Tras finalizar la serie de La guerra de las galaxias, el actor escocés se pone el alzacuellos en Ángeles y demonios, que hoy llega a las salas españolas. En la historia creada por Dan Brown, autor de la aclamada El código Da Vinci, Tom Hanks vuelve a ponerse en la piel del profesor Robert Langdon, mientras que McGregor viste los hábitos del camarlengo, la mano derecha del papa que guarda con celo los secretos del Vaticano. Amante de los viajes ?se ha pasado los últimos años atravesando el planeta en moto, una experiencia que ha grabado para la BBC?, este intérprete de 38 años descubierto en Trainspotting y consagrado con el musical Moulin Rouge aseguró que nunca viviría en Hollywood, una promesa que ha roto porque reside en Los Ángeles con su mujer y sus tres hijos.

Lleva unos años de lo más movido.

Desde luego. Ha sido una locura fantástica. En el 2008 decidí concentrarme solo en el cine porque llevaba cuatro años subido en la moto y el poco tiempo libre que me quedó lo dediqué al teatro.  El año pasado filmé cuatro películas, entre ellas Ángeles y demonios, una experiencia muy gratificante.

¿Por qué?

Después de estar tanto tiempo fuera de la pantalla quería recuperar mi lugar en el cine y me propuse trabajar duro. Este thriller me ha exigido mucho físicamente, fue lo opuesto a Otelo, el personaje más difícil de mi carrera hasta ese momento. A Ángeles y demonios se sumó I Love You Phillip Morris. Estaba rodando esta historia en Luisiana cuando recibí una llamada de Hilary Swank diciéndome que me quería en Amelia, y como Hilary es muy amiga mía y siempre he querido trabajar con ella, no pude decirle que no. Se coordinaron los planes para que pudiera terminar una y empezar otra al día siguiente. Mi familia lo ha llevado peor que yo porque no me han visto mucho últimamente.

Algo de culpa tiene usted por su afición a los viajes.

Mi gran pasión es viajar. Lo que más me gusta es conocer otros países, otras culturas, pasar varios meses en un lugar desconocido y luego trasladarme a otro y hacer lo mismo.  Es excitante poder convertirme un día en un gay del sur y otro en un americano de los años treinta.

¿Qué le gustó de «Ángeles y demonios»?

Que es una historia trepidante, va a enganchar al público de principio a fin. Me fascinó el guión porque no hay descansos,  es una carrera contrarreloj. Me gustan esas historias. Además, Ron es un gran director y da mucha libertad a los actores.

¿Conocía a Ron Howard antes de ponerse a sus órdenes?

Nos habíamos encontrado varias veces y estuve a punto de trabajar con él en una película que finalmente no hizo, El Álamo. También lo vi en Londres cuando hizo El código Da Vinci. Tenía muchas ganas de hacer algo con él porque tiene una relación directa con los actores, habla con ellos fuera de cámara. Es un hombre accesible, atento, educado y muy profesional.

¿Cómo definiría su personaje?

Es un tipo muy interesante. Es el asistente personal del papa y mientras se elige a un nuevo pontífice se encarga de todo lo que pasa en el Vaticano.  Según la tradición, guarda el anillo papal para que no sea robado. Es un hombre muy poderoso que cree que la Iglesia camina por un rumbo equivocado y quiere enmendarlo.

¿Cómo se documentó?

El Vaticano por dentro es fascinante. Que el camarlengo tenga tanta autoridad me sorprendió mucho.

Por lo que dice Ron Howard, imagino que su participación fue clave para que aceptara la propuesta.

Sí. No hacía una producción tan grande desde La isla, una historia que me llevó a esconderme en películas independientes. Me costó mucho volver al set. Cuando me entrevisté con Ron le conté los problemas que había tenido con La isla y me dijo que me mantendría informado de todo lo que ocurriese en el rodaje, que contestaría a todas mis preguntas y resolvería mis dudas.

¿Es una persona religiosa?

No.

¿Cómo se llevó con Tom Hanks, el protagonista absoluto de esta película?

Es un personaje maravilloso. No es solo una leyenda, también es un gran tipo. Lo único que lamento es no haber pasado más tiempo con él en ese tiempo. Hicimos unas cuantas escenas juntos, pero nuestras historias van en paralelo y no nos vimos mucho. Tom es una gran estrella, ha hecho filmes muy importantes y, además de actuar, dirige y produce. Es una de esas personas a quien siempre le deseas que le vaya bien.

¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?

La idea de pretender ser alguien diferente y contar  historias sorprendentes. En el cine no hay historias grandes o pequeñas, sino buenas o malas.

¿Para cuándo el próximo viaje en moto?

No hay ningún plan. Necesito mucho tiempo para organizarlos y tienes que darlo todo. Yo no quería hacer una serie de televisión, pero era la única forma de subvencionarlo. No digo que no vaya a hacer otro en el futuro, pero a corto plazo no. Toda mi vida recordaré estos viajes, que solo hago cuando tengo necesidad de libertad. Ahora quiero seguir rodando películas.

¿Sigue residiendo en Londres?

No, me he mudado a Los Ángeles. Tengo una casa aquí desde hace cuatro años, la compré cuando rodaba La isla, pero no había vivido en ella hasta el año pasado.  Mis hijos están encantados y a nosotros nos gusta el colegio al que van. No he vendido mi casa de Londres porque seguimos pasando largas temporadas en Inglaterra, necesito tener a la familia.

A sus hijos les tiene que gustar tener un padre que es una estrella de cine.

No me ven como alguien famoso. Como paso tanto tiempo fuera, por mi trabajo, lo que quieren es estar con su padre, no con un actor.