La polémica presencia de China como invitada de honor marca la Feria del Libro de Fráncfort, que se inaugura hoy

Efe

CULTURA

13 oct 2009 . Actualizado a las 02:16 h.

La Feria del Libro de Fráncfort, la más grande del mundo en el sector, se inaugura hoy a la espera de una edición que puede ser de las polémicas de los últimos años por la presencia de China como invitado de honor, cuando se cumplen veinte años de la matanza de la plaza de Tiananmen.

Ya en las semanas previas, surgieron muchas voces críticas que se preguntaban si no ha sido un error la elección de China como invitada de honor, en vista de la situación de los derechos humanos en el país y las evidentes carencias que existen en lo que a la libertad de expresión se refiere.

Sin embargo, el director de la feria, Jürgen Boos ha insistido permanentemente en que la presencia de China en Fráncfort obligará a ese país a entrar en una discusión abierta sobre temas relacionados con los derechos humanos y la censura.

El argumento esgrimido habitualmente por Boos es que más de la mitad de los actos relacionados con China que tendrán lugar durante la feria serán independientes de la representación oficial y estarán organizados por oenegés, editoriales independientes e instituciones privadas.

La presencia de algunos autores como Mo Yan o el premio Nobel de Literatura Gao Xingjian, que vive exiliado en Francia y que adquirió la nacionalidad francesa, hacen esperar que la visión que se dé de China no vaya a ser solo la oficial, sino que las periféricas darán lugar a discusiones que pueden tornarse muy calientes.

Gao se encuentra fuera del programa oficial de las autoridades pequinesas e invitado por su editorial alemana, pero es posible que su presencia despierte más atención que todo el pabellón chino junto.

El artista Ai Weiwei, cuya asistencia se esperaba, no acudirá en principio por razones de salud -que tienen que ver con las secuelas de una paliza que le propinaron fuerzas de seguridad del régimen-, pero al anunciar su cancelación también dijo que no quería participar en debates «políticamente vacíos».

La cancelación de Ai Weiwei, que podría dar pábulo al escepticismo, ha sido lamentada por la feria, que insiste en la idea de que la presentación china será una ocasión para suscitar discusiones productivas. Para ello habrá actos organizados por representantes de las minorías tibetana y uigur y no se puede descartar que, en el marco de la feria, se convoquen manifestaciones contra China. «Se respetará el derecho de quien quiera manifestarse y los únicos límites son los de las leyes de la RFA», ha señalado Boos.