Lauren Bacall recibe un Óscar honorífico en un acto separado por primera vez de la gala de Hollywood
CULTURA
La entrega durante la pasada madrugada en Los Ángeles de un Óscar honorífico a Lauren Bacall y a otros grandes profesionales del cine calienta motores para la gran ceremonia en la que, el próximo mes de marzo, Hollywood premiará sus logros del 2009.
Por primera vez en la historia de los Óscar, este premio se escinde de la gran gala de la Academia de Hollywood, cuya próxima edición tendrá lugar el 7 de marzo.
Además de Bacall, ayer recibieron sus premios a la trayectoria profesional en una ceremonia mucho menos pública que los Óscar, el director y productor Roger Corman y el director de fotografía Gordon Willis. Asimismo, el productor ejecutivo John Calley recibirá el galardón Irving G. Thalberg, dedicado a profesionales de ese campo.
«Estas cuatro personas han dejado, cada uno a su manera, recuerdos imperecederos en la industria del cine y en las audiencias de todo el mundo», dijo el presidente de la Academia, Tom Sherak, en un comunicado.
De esta forma la alfombra roja volverá a desplegarse para 600 invitados en Hollywood, en concreto dentro de la sala Grand Ballroom, pero esta vez lo hará sin la televisión presente, en una ceremonia producida por Bruce Cohen y Don Mischer.
El evento no está organizado como un gran espectáculo, sino como una simple cena en la que honrar a los premiados y celebrar sus logros a través de discursos de compañeros y vídeos de sus trabajos.
«No queremos convertir esto en otro show de televisión y ganar dinero con ello», apuntó Sherak al portal The Wrap . «Se trata de homenajear a estas personas de la mejor forma posible», añadió.
La organización confirmó la presencia de los directores Jonathan Demme y Quentin Tarantino, así como de los actores Kirk Douglas y Anjelica Huston entre los presentadores del evento. Medios locales aseguran que, entre ellos, también estarán Jack Nicholson, Steven Spielberg, Alec Baldwin, Peter Fonda, Tom Hanks y Annette Bening.
Pero la decisión de escindir estos premios de la ceremonia principal no ha caído en saco roto y ha suscitado críticas por parte de quienes consideran que es una falta de respeto hacia los galardonados.
Es el caso de David Thompson, veterano articulista de The Guardian , quien se pregunta: «¿A alguien le importan unos premios fuera de la gala de los Óscar? Si es que no, la Academia debería enrollar la alfombra y afrontar el hecho de que los Óscar son un ritual que se está muriendo».