Autorizó a su amigo Bernard Henry-Levy a publicar una carta para agradecer los mensajes recibidos desde todo el mundo
28 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.El cineasta franco-polaco Roman Polanski se muestra «conmovido» por el apoyo recibidos desde que el pasado septiembre fue detenido en Suiza, según explica en una carta dirigida al filósofo francés Bernard-Henri Lévy que éste difundió ayer. Desde su chalet en Gstaad (Suiza), donde está en arresto domiciliario, el realizador envió una carta de agradecimiento a Lévy, quien precisa en su sitio en internet «La règle du jeu» (La regla del juego) que transmite su contenido a petición de Polanski.
«Estoy conmovido por la cantidad de testimonios de simpatía y de apoyo que he recibido en la cárcel de Winterthur y que sigo recibiendo aquí», afirma el cineasta en su carta a Lévy.
Polanski pasa en Gstaad las fiestas navideñas con su esposa y sus hijos -recuerda en la carta-, donde recibe «mensajes de vecinos y otros de personas de toda Suiza y, más allá de Suiza, de todo el mundo». «Me gustaría poder decir a cada uno de ellos el bien que eso hace cuando uno está encerrado en una celda, oír cada mañana, al recibir el correo, ese murmullo de voz humana y de solidaridad», explica Polanski. «Cada una de sus palabras han sido para mí, en los momentos más sombríos -y lo son todavía en mi actual situación- llenas de confort y motivos de esperanza», agrega en la primera comunicación pública del director desde su detención. Y añade: «Quisiera responderles a todos. Pero es imposible, son demasiados. ¿Tiene usted idea de cómo podría hacerlo? ¿Quizás a través de su revista, 'La regla del juego', que me apoyó desde el primer día?». «No sé, le dejo hacer», añade el director a Lévy.
La carta se ha publicado finalmente en la web de literatura, filosofía, política y arte dirigida por Lévy, en cuyo comité editorial están, entre otros, Carlos Fuentes, Claudio Magris, Vargas Llosa, Jorge Semprún, Salman Rushdie, Fernando Savater, Marjane Satrapi, Amos Oz y Eduardo Manet.
Polanski, detenido por una orden de captura de EEUU por la violación a una menor en los 70, consiguió la libertad condicional tras pagar 4,5 millones de francos (3 millones de euros) de fianza. Además se comprometió a no salir de su propiedad y a portar un brazalete electrónico.