Los muertos vivientes se lanzan a la piscina

Pilar Manzanares / Colpisa

CULTURA

El 6 de agosto se estrena «Zombis nazis», la comedia de terror más visceral y arriesgada del verano.

02 ago 2010 . Actualizado a las 21:54 h.

Con casi 40 grados a la sombra la gente se mueve por las calles lentamente, podríamos incluso decir que torpemente, como si se acabasen de levantar de un letargo en el que llevaran mucho, mucho tiempo. Esa imagen es la que nos lleva a recordar aquel desfile de La noche de los muertos vivientes, película de culto que, en 1968, dirigiera George A. Romero y que reanimó a aquellas criaturas que, en el 32, se pusieron de moda en Hollywood gracias a La legión de los hombres sin alma, de Victor Halperin. Regresos de muertos vivientes ha habido muchos, lo cierto es que se cuentan por legiones, pero la novedad es que el 6 de agosto podremos verlos en el cine convertidos en nazis, un resistente enemigo conocido por los amantes del Call of Duty: World at War.

El director, Tommy Wirkola, además de cargarles con su cruz, la esvástica, en Zombis nazis les sitúa en las nieves noruegas de Finnmark y Troms en un filme que, según él mismo anuncia, se aleja de los últimos estrenos de terror que hacen que el espectador se sienta «enfermo, depravado y deprimido». No le falta razón, ya que la desternillante Zombis nazis, sin escatimar en vísceras y sangre, se utilizaron más de 475 litros, es una arriesgada apuesta por un cine gore salpicado de inteligentes guiños que apelan a nuestro sentido del humor más negro en la que lo único que no se desmiembra es la comedia del terror.

Más allá de ser un homenaje a películas como Braindead, evidente incluso por la camiseta de promoción que uno de los protagonistas lleva puesta, nos devuelve a aquellos tiempos en los que la serie B hacía reír a carcajadas a la vez que gritábamos saltando de los asientos. Todo aderezado con unos más que decentes efectos especiales que tan sólo han costado 462.000 euros, lo que es mucho para ser una película noruega, pero nada si lo comparamos con los presupuestos hollywoodienses.

Más allá de este estreno, en septiembre verá la luz en España Toe Tags, un cómic escrito por George A. Romero, al que se unirá en otoño en Fox la serie televisiva Walking Dead, de la cadena AMC, creadora de éxitos como Mad Men o Breaking Bad. Parece que, una vez más, los zombis vuelven a estar de moda gracias a un género que despertó en la meca del cine hace ya más de 78 años.

Del rito al virus

Comencemos con aquellos zombis de la religión haitiana, donde los muertos regresaban a la vida tras un rito vudú, que tan bien sirvieron a Jacques Tourneur para rodar, en 1943, Yo anduve con un zombi, donde la muerta que camina es, ni más ni menos, que la esposa de Paul Holland, un rico hacendado que tiene plantaciones de azúcar en Antillas. Afortunadamente, aquella elegante mujer, además de estar a dieta, no tenía más amigos de su condición, por lo que nadie se ve sometido a una persecución implacable como la que en 1964 sufrirá Vincent Price en El último hombre en la Tierra, filme de Ubaldo Ragona inspirado en la novela de Richard Matheson Soy Leyenda que, en el remake de 2007, nos hizo pensar que Will Smith podría quedar convertido en una casquería ambulante.

Con estos antecedentes, y sin olvidar el Zombie Pulp que nacería en las revistas norteamericanas de los años 20 y crecería hasta la historietas de los 50 de publicaciones como Tales from the Crypt, será George A. Romero quien, bebiendo de escenas como las de la película de Ragona para su filme del 68, alimente el arquetipo zombi más popular. Desde entonces y hasta El diario de los muertos, de 2009, el cineasta ha conseguido que sus zombis pasen de alimentarse de entrañas a dar unos jugosos bocados a una taquilla que no se cansa de demandar películas que tengan a no muertos como protagonistas.

Es lógico, ya que lejos de aquellas producciones españolas e italianas que en los 70 redundaron en argumentos herederos del Frankenstein de Mary Shelley y los monstruos de la Hammer, como sucede en La orgía de los muertos (1973), el cine de zombis se ha ido adaptando a los miedos de una sociedad ora inmersa en la Guerra Fría ora en experimentos para luchar contra una amenaza terrorista.

El escape químico de Apocalipsis caníbal (1980), los agentes tóxicos de contención de los gobiernos, Zombis tóxicos (1980), las investigaciones secretas con nuevos virus, 28 días después y Resident Evil (2002), y las pandemias mundiales, Zombie (1978) y su remake Amanecer de los muertos (2002), se han ido convirtiendo así en los modernos 'ritos' que devuelven misteriosamente a la vida a aquellos que debieran estar muertos y enterrados.