La 67.ª edición del Festival de Venecia arrancó ayer de forma potente con la dulce Natalie Portman encarnando a una bailarina atormentada en Black Swan y un recital de violencia a golpe de Machete. A las órdenes de Darren Aronofsky, Portman conduce al espectador al backstage del mundo de una gran compañía de ballet en Nueva York y en clave de thriller psicológico narra su tormento.
Aquella niña que desarmó a un asesino profesional en Léon y que el año que viene cumplirá 30 años, saca partido de su delgadez y de los años que estudió ballet de pequeña para encarnar a la joven bailarina. Además, recurre a sus dotes interpretativas para hacer creíble la fragilidad de la protagonista y su obsesiva determinación por llegar a la perfección en el ballet El lago de los cisnes. Por ello fue recibida con una sonada ovación en la rueda de prensa, donde contó que a los 13 años dejó de bailar, pero que para esta película ha seguido una dura preparación con al menos cinco horas diarias de ballet, además de natación y otras formas de entrenamiento durante seis meses en «una mezcla de disciplina, concentración y obsesión».
Esos son los mismos parámetros que mueven a su personaje, en cuyo camino solo se interponen los tormentos interiores surgidos tanto de la férrea disciplina como de la presión de una madre que fue bailarina frustrada, la rivalidad con otras integrantes de la compañía y un exigente coreógrafo.
Y es en esa lucha donde se ve el toque de Aronofsky, quien convierte en thriller la dualidad del personaje de Portman, un personaje que guarda cierta similitud con el carácter autodestructivo del boxeador protagonista de El luchador , la película con la que conquistó el León de Oro hace dos años.
Black Swan inauguró la competición oficial en la que el director Quentin Tarantino será quien tenga la última palabra como presidente del jurado.
Las sesiones de medianoche del certamen italiano se abrieron con Machete, de Robert Rodríguez, que se centra en un ex agente de las fuerzas de seguridad de México (Danny Trejo), que tras enfrentarse a un capo de la droga (Steven Seagal) se escapa a Tejas, donde intenta comenzar una nueva vida.