Álex de la Iglesia obtiene dos premios en la Mostra

María Luz Climent Mascarell VENECIA/DPA.

CULTURA

Sofía Coppola se alzó con el León de Oro del festival de cine de Venecia

12 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Balada triste de trompeta

le ha dado a Álex de la Iglesia una enorme alegría: el León de Plata a la mejor dirección y el premio al mejor guión en la 67.ª edición del Festival de Venecia. Tan solo Sofía Coppola pudo ensombrecer la sonrisa del director vasco al alzarse con el León de Oro -esquivo para el cine en español- por Somewhere.

De la Iglesia, que acudió a la ceremonia arropado por algunos de los protagonistas de la película, como Carolina Bang, Carlos Areces y Ramón Tafallé, dijo al recibir el premio al mejor guión: «Gracias, amigos. Mirad qué bonito. Es la primera vez que lo consigo yo solo», en referencia a que firma esta comedia grotesca sin su colaborador habitual a la hora de construir historias, Jorge Guerricaechevarría.

Cuando subió por segunda vez al escenario, De la Iglesia se arrodilló ante el jurado y gritó: «¡Grazie, Tarantino!», en alusión al presidente del jurado internacional, el estadounidense Quentin Tarantino.

La película, resumió Tarantino en la rueda de prensa posterior a los premios, es como las grandes cosas en la vida: «Primero hay un momento de consternación, luego un momento de aclimatación y finalmente un momento de penetración». Balada triste de trompeta aúna amor, humor y horror entremezclándolos de forma explosiva y, en ocasiones, excesiva a través de la historia de dos payasos (Antonio de la Torre y Carlos Areces) enamorados de una misma mujer (Carolina Bang) en los últimos años del franquismo.

«El amor conduce inexorablemente al horror y la única manera de impedirlo es a través del humor», dijo De la Iglesia, actual presidente de la Academia de Cine española, en la presentación de la cinta en la Mostra de Venecia. La película, que debe su título a una canción de Raphael, es una película oscura, excesiva, furiosa, apabullante, disparatada, grotesca, divertida y sobre todo una lectura personal en la que el artista vomita su visión sobre el pasado reciente de España. «Es la película que más he pensado. No pretendo hacer cine intelectual, pero no creo que sea una película poco reflexiva», dijo el autor.

«En este momento nadie hace nada nuevo. Somos todos farsantes. Todos disfrutamos de copiar el trabajo de otros. Eso se llama posmodernidad. En este festival lo que estamos premiando es al mejor coctelero, al mejor barman. El truco está en mezclar los elementos bien», afirmó De la Iglesia tras recoger los dos premios más importantes de su carrera. «Yo creo que es el momento de pensar en el cine desde un punto de vista posmoderno. El talentazo, el éxito y la enormidad de todos los que están en el jurado es que no intentan hacer algo nuevo, intentan hacer algo bueno. Hay un momento en el que hay que diferenciarse entre el talento y la habilidad y en saber colocarse entre esos dos conceptos está el verdadero sentido el éxito», opinó.

Tarantino premia a su ex

«Es para mí un gran honor ofrecer el León de Oro de la 67.ª edición del Festival de Venecia a la directora Sofia Coppola por Somewhere». Con estas palabras, Quentin Tarantino anunció el máximo galardón del certamen italiano. El presidente del tribunal justificó la distinción indicando que esta era la película de la que el jurado siempre acababa hablando, tal vez en un intento de acallar conjeturas por haber dado el premio a quien fue hace años su pareja.

Otra persona que desempeñó un papel crucial en la vida del director de Pulp Fiction, el cineasta Monte Hellman, quien le produjo su primera película, Reservoir Dogs, fue distinguido con un galardón no previsto: un León de Oro a toda su obra.

El Premio Especial del Jurado fue para Essential Killing, del polaco Jerzy Skolimowski. La copa Volpi al mejor actor fue para Vincent Gallo y la de mejor actriz la recogió la franco-griega Ariane Lebed por Attenberg.