Sampedro: «Sé que ?La sonrisa etrusca? ha emocionado a mucha gente»

carmen sigüenza MADRID / EFE

CULTURA

16 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El escritor José Luis Sampedro ha dejado unos días su refugio en el sur. La pasada semana recogió la Orden de las Artes y las Letras, y ayer tenía previsto acudir a la versión teatral de su mítica obra La sonrisa etrusca. «Un hecho extraordinario», que compara con la transformación de un gusano en mariposa. «Para mí -explica- este estreno es comparable con el desarrollo del gusano de seda. Escribí La sonrisa etrusca y era un gusano que soltaba seda y que se quedó cerrado. Hoy, 25 años después, se ha convertido en una bella mariposa con alas de muchos colores y que tiene magia, porque el teatro tiene sobre la literatura magia carnal».

Así lo argumenta Sampedro, escritor, académico y economista, pero sobre todo un humanista, que, a los 94 años recién cumplidos, sigue dando las mejores lecciones de vida: «Dentro de cada uno de nosotros hay infinidad de cosas que no llegamos a desarrollar y el verdadero desarrollo está en que cada uno llegue lo más alto posible en su conocimiento». «Este desarrollo y ese intento de perfeccionarnos vendría bien hasta para la economía, porque seríamos más justos, más equilibrados y no habría tantos choques entre los que tienen y los que no», matiza el autor. La sonrisa etrusca, cargada de tintes autobiográficos, relata la historia de Bruno, un partisano calabrés, anciano y enfermo de cáncer que se traslada a Milán con su hijo, que se transforma y toca el paraíso gracias a su nieto, quien le hace sentir la vida de una forma distinta. La adaptación, dirigida por José Carlos Plaza, está protagonizada en el Teatro Bellas Artes por Héctor Alterio y Julieta Serrano.

Una metáfora casi calcada de la vida de este catedrático jubilado de Estructura Económica, que escribió la obra tras ir a Ginebra con su primera mujer y encontrarse una noche con su nieto en brazos. «Me alegro muchísimo de haber escrito este libro -subraya- porque contribuye a presentar las delicias de lo sencillo, de lo que es verdad, del amor, del amor del abuelo por el nieto. Hay gente que dice que es demasiado sentimental, pero que piensen lo que quieran. Yo sé que ha emocionado a mucha gente».