El desenlace definitivo ocurrirá en noviembre del año próximo, pero antes sus avispados productores optaron por dividir las más de 700 páginas de la novela de Stephenie Meyer en dos entregas sin descartar que la de cierre lleve incorporado el 3D para rascar un poco más el bolsillo de la legión de adolescentes (sobre todo mujeres) que en todo el mundo ya son incondicionales de la peripecia vampírico-sentimental de Edward Cullen y Bella Swan. Si se hizo otra franquicia de éxito con Harry Potter y las Reliquias de la muerte (en dos tandas, en el 2010 y el 2011), obteniendo además el respaldo de taquilla, ellos tampoco van a ser menos, aunque haya cierta distancia entre la del mago y esta. Por si las moscas, los productores rebajaron las dosis de violencia y sexo de la que ahora se presenta para evitar la temible «R-17» que habría cerrado el paso a las salas a muchos adolescentes, quedándose en «PG-13», que es tanto como nada?
En principio tiene a su favor el haber contado en sus cuatro entregas ya producidas (y también en la quinta) con la misma guionista, Melissa Rosemberg, que obtuvo la bendición de la novelista y eso garantiza una cierta línea continuista en el desarrollo de los personajes, aunque hayan tenido las cuatro diferentes directores (Bill Condon repetirá en la quinta y última). Acusada la saga cinematográfica de mojigata por su conservador enfoque de la violencia y el sexo, en esta ocasión no les quedó otra opción que abrir la mano un poco (solo eso?), ya que el vampiro Edward y la humana Bella consumarán por fin su matrimonio y, en tal circunstancia, ella perderá su virginidad durante su luna de miel en Brasil. El tercero en discordia, el licántropo Jacob, deberá conformarse con haber sido rechazado por ella, que estará al borde de la muerte en el parto de su hijo Renesmee y acabará salvada in extremis a un precio demasiado alto. Para la entrega de cierre, asistiremos a la encarnizada rivalidad entre los Cullen y los Volturi, así como a la nueva vida de Bella y sus circunstancias.
En principio la idea era rodar ambas en continuidad, pero hubo algunos problemas insalvables (contratos sin renovar y fechas previamente comprometidas por algunos de los actores) que obligaron a espaciar su filmación aunque la segunda parte ya se encuentra en posproducción. El rodaje de La saga Crespúsculo: Amanecer. Parte 1 se llevó a cabo en Baton Rouge (Luisiana, EE. UU.), Río de Janeiro (Brasil) y en localizaciones canadienses de Vancouver y Ucluelet, con un presupuesto estimado de 127 millones de dólares, que serán recuperados sin problema en su explotación en salas. La presencia del neoyorquino Bill Condon a la cámara como autor de disparidades como Candyman 2 (1995) y Dreamgirls (2006), y también de la valorada Dioses y monstruos (1998), supone un interesante salto cualitativo.
«La saga Crepúsculo: Amanecer I»
Drama fantástico. EE. UU. 2011 Director: Bill Condon; actores: Kristen Stewart, R. Pattinson, Taylor Lautner. 117 min