El grupo irlandés, que editó en 1991 su disco más vanguardista y el que le dio una segunda vida, celebra el aniversario con un documental y una completa reedición.
21 nov 2011 . Actualizado a las 21:44 h.Estos días se cumple el vigésimo aniversario de la salida de Achtung Baby, el álbum con el que U2 se reinventaron en un giro musical, estético y casi ideológico, reflejado en una amplia reedición que en sus diferentes versiones (la más cara ronda los 400 euros) incluye temas inéditos, un documental y -todo sea por captar a los fans- hasta una réplica de las gafas de sol que Bono llevaba en la época.
En 1991, los irlandeses venían de un momento comercialmente dulce, pues el disco y película Rattle & Hum (1988), su homenaje a las músicas de raíz estadounidense, había hecho crecer su popularidad en EE.UU. y el mundo entero. Sin embargo, las críticas no acompañaron y la banda -particularmente Bono y The Edge- no estaba satisfecha con la imagen seria y afectada que de ellos daba ese trabajo. La fórmula se agotaba y, como dijo Bono en el último concierto de aquella gira, debían «desaparecer para tomar inspiración».
Qué mejor lugar para hacerlo que Berlín, una ciudad en efervescencia, recién reunificada tras la caída del Muro, y en los vetustos estudios Hansa, donde David Bowie había trabajado a finales de los setenta. Pero no fue fácil, como queda patente en el documental From the Sky Down, dirigido por Davis Guggenheim (autor de Una verdad incómoda, la película de Al Gore), que se incluye en los formatos más lujosos de la revisión de Acthung Baby y se estrenará en Canal + el próximo 30 de diciembre. El batería Larry Mullen Jr. y el bajista Adam Clayton recelaban de la senda que pretendían abrir el cantante y el guitarrista: «¿Dónde están las canciones?», se preguntaban ante los titubeantes bocetos con los que empezaron a trabajar, que indicaban desvíos a la electrónica y unos aires irónicos y sexuales antes ausentes en las letras de Bono.
Las piezas comenzaron a encajar tras la composición de la intensa balada One y la sensual Mysterious Ways. From the Sky Down muestra a los miembros del grupo emocionados escuchando dos décadas después sus primeras tomas, los pilares sobre los que se edificaría Achtung Baby.
Aunque el disco se terminó de grabar en Irlanda, la huella berlinesa sería patente no sólo en el título de una de las canciones (Zoo Station, por una parada de metro) sino también en el rompedor montaje de la subsiguiente gira, en la que los característicos coches Trabant de la RDA funcionaban como focos sobre las cabezas de los músicos.
Mirar al pasado para planear el futuro
Achtung Baby fue una jugada arriesgada. U2 podrían haber espantado a sus fans de siempre con su nuevo sonido, industrial y áspero. También el aspecto del grupo era chocante, especialmente el de Bono: atrás quedaban los rockistas chalecos de cuero y las botas de vaquero, sustituidos por los atributos de un alter ego que, confiesa hoy el cantante, construyó tomando elementos de diferentes estrellas de rock (los pantalones de cuero de Jim Morrison, la cazadora de Elvis Presley, las gafas de Lou Reed). El personaje se llamaba The Fly (La Mosca), como uno de los temas del álbum, y con él el irlandés jugaba con los tópicos hedonistas del estrellato rockero: el formal Bono de The Joshua Tree (1987) jamás se hubiera fotografiado bebiendo champán en un jacuzzi.
Achtung Baby resultó ser un éxito en todos los sentidos. En lo comercial, U2 ampliaron su base de adeptos, y los críticos alabaron la apuesta vanguardista del grupo, que les hizo entrar en los noventa con una fuerza que les ha propulsado durante los últimos 20 años. Ahora, sin embargo, parece que los irlandeses han perdido ese impulso, a tenor de las recientes declaraciones de Bono, en las que se pregunta por la relevancia actual de U2 y pone en duda el futuro de una de las marcas más rentables del negocio musical.
«Estaríamos encantados de terminar con No Line on the Horizon (su último trabajo publicado). Pero lo dudo», ha declarado a la revista Rolling Stone, en la que también comentó cómo la reciente revisión de Achtung Baby puede ser un acicate para encontrar un nuevo rumbo: «Irónicamente, verme forzado a mirar atrás a este periodo me recuerda cómo podríamos volver a emerger en nuestra siguiente fase». El resto del grupo, cuenta el cantante, no ha recibido con agrado que cuestione públicamente su existencia, pero queda claro que están ante una peliaguda encrucijada con varias salidas posibles: disolverse, seguir por el camino ya trillado o buscar un nuevo Achtung Baby que bombee sangre fresca al coloso que hoy en día es U2.