El film descubrió un nuevo sentido de la épica y se convirtió en un clásico instantáneo
15 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Un director inexperto como Francis Ford Coppola y un actor presuntamente acabado como Marlon Brando alumbraron una obra maestra sin paliativos, El padrino, que descubrió un nuevo sentido de la épica y se convirtió en un clásico instantáneo que no ha perdido ni un ápice de su vigor transcurridos 40 años desde su estreno, el 15 de marzo de 1972, en una sala de Nueva York.
Un joven director italoamericano llamado Francis Ford Coppola, que había escrito el guion de Patton y dirigido películas de interés medio, encontró en el descalabro moral un nuevo código mitológico, en el proceder mafioso una nueva poética de la violencia.
Para el papel de don Vito Corleone, Francis Ford Coppola requirió al que consideraba el mejor actor de todos los tiempos, Marlon Brando, a quien convirtió en un carismático anciano de agresividad elegante con escasos trucos de maquillaje en un trabajo por el que ganaría su segundo Óscar.
El resultado, además de artísticamente impecable y socialmente muy influyente -a día de hoy, sigue siendo la película más puntuada en la Biblia en línea del cine, la Internet Movie Data Base-, fue rentabilísimo. Con seis millones de dólares de la época de presupuesto, la película recaudó más de 230 tras su estreno, lo que desbancó a la película que llevaba 33 años encaramada en el récord, Lo que el viento se llevó.