
José María Díaz presenta al arzobispo Julián Barrio su carta de dimisión
20 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.La dimisión del deán de la catedral de Santiago ya es oficial. José María Díaz presentó el martes su carta de renuncia al arzobispo, Julián Barrio, que si bien aún no ha comunicado que la ha aceptado, así lo hará.
El todavía presidente del cabildo compostelano alega motivos personales, pero lo cierto es que cumple así con el mandato de la Conferencia Episcopal, que ha forzado su salida y que ya hacía meses que le había trasladado al Arzobispado la necesidad de que Díaz cesase en su puesto por lo dañada que estaba su imagen tras el robo del Códice Calixtino. Especialmente tras conocerse los robos de dinero que presuntamente hizo el ladrón del libro, Manuel Fernández Castiñeiras, y que jamás fueron denunciados pese a prolongarse durante más de una década. Hay que recordar que le intervinieron dos millones de euros.
Este descontrol en la administración de las finanzas de la catedral llevó al Arzobispado a vaciar de competencias la figura del deán. José María Díaz dejó primero de ser archivero y después de ser el máximo responsable de la administración de la basílica, que pasó a ser competencia de la Fundación Catedral.
El presidente de la Fundación, Daniel Lorenzo, pasó así a ser en lo administrativo el superior del deán y por primera vez en 800 años se confió la administración de las cuentas a un seglar, Francisco Domínguez, que fue un alto ejecutivo en la antigua caja.
Modelo satisfactorio
El modelo, tomado en un principio para evitar que Díaz siguiese teniendo potestad sobre los asuntos económicos del templo, ha sido tan satisfactorio que el Arzobispado ha decidido mantenerlo. Así, el futuro deán ya no volverá a tener esas competencias y se encargará tan solo de los asuntos religiosos.