El auténtico tesoro de las cajas

Luís Pousa Rodríguez
luís pousa REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Escultura de Francisco Leiro en la sede del centro cultural que la desaparecida Caixanova tenía en el centro de Santiago.
Escultura de Francisco Leiro en la sede del centro cultural que la desaparecida Caixanova tenía en el centro de Santiago. PACO RODRÍGUEZ< / span>

Caixanova y Caixa Galicia destinaron durante décadas una importante parte de sus recursos a la compra de dos valiosas colecciones de arte que suman siete mil piezas

06 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Si estas siete mil piezas se pudieran reunir en un hipotético museo formarían una colección de arte imbatible en Galicia. Pero la idea no deja de ser eso, una simple hipótesis, porque nadie contempla ahora mismo la posibilidad de sumar las obras que atesoran Novagalicia Banco (1.343 pinturas, esculturas, dibujos, fotografías e instalaciones de más de 200 autores) y la Fundación Novacaixagalicia (5.638 piezas). La Consellería de Cultura ha abierto el proceso de catalogación y análisis de estos fondos de cara a su futura declaración como bien de interés cultural (BIC), lo que garantizará un cierto grado de protección de estas creaciones y otorgaría a la Xunta un derecho preferente de compra, pero no impediría su venta a terceros.

Las colecciones, que ahora mismo son uno de los activos más valiosos del banco y la fundación, son la herencia del esplendor pasado de las desaparecidas Caixa Galicia y Caixanova, las dos cajas que, en medio del vendaval financiero de los últimos años, se fusionaron en una única entidad para dar paso luego a Novagalicia Banco. Son el fruto de los añorados buenos tiempos, cuando los máximos responsables de las cajas competían, desde el norte y el sur, por hacerse con un tesoro artístico que diese contenido a sus múltiples recintos culturales. Tras los reajustes del mapa financiero gallego, la colección de Caixa Galicia pasó a manos de Novagalicia Banco, mientras que la de Caixanova acabó controlada por la Fundación Novacaixagalicia.

Sin tasación conocida

Ninguna de estas instituciones facilita una tasación de estos fondos, pero un vistazo al expediente de Cultura confirma lo que ya avanzaban catálogos y exposiciones: durante décadas se destinaron importantes recursos a hacerse con obras de algunos de los artistas más cotizados no ya del arte gallego, sino internacional.

En el caso de Caixanova la colección se nutrió esencialmente de la Bienal Internacional de Grabado que convocaba Caixa Ourense, por lo que 2.170 de sus 5.638 piezas son obra gráfica. Algunos de estos grabados los firman, además de los ganadores de la bienal, autores como Picasso, Miró, Dalí, Goya, Francis Bacon o Tàpies. A estos nombres se suman Gustavo Pérez Villamil, Fernando Álvarez de Sotomayor, Francisco Llorens, Ovidio Murguía, Arturo Souto, Castelao, Laxeiro, Colmeiro, Urbano Lugrís, Maruja Mallo, Granell, Luis Seoane, Jorge Castillo, Leopoldo Nóvoa o, más recientes, Antón Lamazares, Francisco Leiro, Antón Patiño, Menchu Lamas, Xaime Quessada, Manuel Vilariño o Vari Caramés.

Muchos de estos nombres repiten en la nómina de autores de la colección de Caixa Galicia (en la actualidad propiedad del nacionalizado Novagalicia Banco). Sus fondos, menos numerosos que los de la antigua Caixanova, son más selectos y están más centrados en el arte gallego del siglo XX. Durante la gestión de José Luis Méndez al frente de la extinta caja con sede en A Coruña la entidad se hizo, según los datos que aporta la Xunta, con 1.343 obras de arte (además de unos importantes fondos bibliográficos). La idea era dotar de contenido al flamante edificio diseñado por Nicholas Grimshaw como sede de la Fundación Caixa Galicia Claudio San Martín en el Cantón Grande coruñés. Paradójicamente, a causa de los cambios introducidos en las entidades a causa de la fusión de las cajas y su posterior bancarización, la actual Fundación Novacaixagalicia custodia ahora el legado de la desaparecida Caixanova y el banco gestiona el tesoro artístico de la antigua Caixa Galicia. Entre sus fondos, sobresalen las obras de Colmeiro, Luis Seoane, Urbano Lugrís, Laxeiro, Maruja Mallo, Granell, Tino Grandío, Antonio Lago Rivera, Antonio Saura, Lucio Muñoz, Antoni Tàpies, Chillida, Martín Chirino, Darío Villalba, José Guerrero, Miquel Barceló, Juan Muñoz o Cristina Iglesias.

Hay también en su colección una notable presencia de autores portugueses como Pedro Cabrita Reis, Jose Pedro Croft, Rui Chafes o Julião Sarmento y de firmas de artistas gallegos actuales como Antón Patiño, Francisco Leiro, Manuel Vilariño, Vari Caramés, Antonio Murado (con una de las más completas colecciones de su obra) o Manolo Paz.

Primera línea internacional

Pero, entre los 241 artistas presentes en su catálogo destacan los nombres de Pablo Picasso (Profil a la fenêtre, óleo de mediano formato de 1934), Salvador Dalí (con las obras de los años treinta Les roses sanglantes y Cour ouest de l?ille des morts-obsession reconstitutive d?après), Braque, Joan Miró, Fernand Leger y la espléndida Nature morte avec un base de coquelicots (1959) de Marc Chagall.