El artista gallego está presente con un autorretrato de 1944
08 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.«Bienvenidos a la república de los sueños». Guillermo Solana, director artístico del museo Thyssen-Bornemisza, saluda así a los visitantes de El surrealismo y el sueño, la primera gran retrospectiva que explora la profunda, obvia y fecunda relación entre el movimiento surrealista y el mundo onírico. Reúne 163 obras de los grandes maestros surrealistas, como André Breton, Salvador Dalí, Paul Delvaux, Yves Tanguy, Joan Miró, René Magritte, Max Ernst, André Masson, Jean Arp, Man Ray o el gallego Eugenio Granell -presente con un autorretrato de 1944-, y precursores como Odilon Redon Henri Rousseau o Giorgio De Chirico, en una selección del filósofo, profesor y crítico de arte José Jiménez.
Es el comisario de una gran muestra que traza «el mapa del sueño surrealista como un rompecabezas». Una corriente que no es no es solamente un movimiento artístico más, «sino una actitud ante la vida que tiene su clave principal en la visión de imágenes interiores a las que se llega por el flujo del deseo», según el comisario. «Vivir es soñar y no se puede renunciar al sueño, que para los surrealistas es rabiosamente humano y no sobrenatural», resume José Jiménez. Para explorar este rico caleidoscopio de sueños propone «un itinerario en espiral, con claves de lectura en torno a denominaciones poéticas en una exposición que reparte conocimiento y placer». «Los surrealistas nos demuestran que el sueño es la otra mitad del vida y no la benigna psicosis temporal de la que hablaba Freud», sostiene José Jiménez. «La inspiración onírica es central para el surrealismo, para su praxis y su ideología; algo obvio y que, sin embargo, no se había explorado hasta ahora, ya que a veces lo más obvio es lo que más se olvida», asegura Guillermo Solana.