El ciberataque costará a Sony más de 400 millones de euros

G. N. Redacción / La Voz

CULTURA

El dictador norcoreano, Kim Jong-un, jaleado por sus tropas durante una inspección a una batería costera.
El dictador norcoreano, Kim Jong-un, jaleado por sus tropas durante una inspección a una batería costera. EFE< / span>

El Gobierno de Corea del Norte niega estar detrás de la agresión y se ofrece a EE.UU. para realizar una investigación conjunta

21 dic 2014 . Actualizado a las 04:00 h.

Pese a las críticas generalizadas, incluidos artistas, intelectuales y hasta el mismísimo Obama -que habló de «error»-, Sony Pictures mantiene su criterio. Cree que la suspensión del estreno de The Interview está justificada, primero porque no dispone de salas dispuestas a proyectar el filme y segundo, porque siente la obligación de proteger a sus trabajadores de las amenazas. Y todo a sabiendas de que el ciberataque del pasado 24 de noviembre -verdadera raíz del problema- contra la compañía por el Gobierno de Pyongyang, según aseguran informes del FBI, podría costarle a los estudios unos 500 millones de dólares (más de 408 millones de euros), según expertos consultados por la agencia AFP.

Aunque persiste en tal decisión, Sony ha abierto una puerta a que la cinta de Seth Rogen y James Franco no quede definitivamente condenada a un cajón. Ayer el consejero delegado, Michael Lynton, disgustado con las palabras de Obama, negó que la compañía haya cedido a las amenazas y anunció que busca alternativas para mostrar la película en otras plataformas y que ya está valorando algunas opciones. La CNN se apresuró a apuntar que Netflix -popular web de vídeos, películas y series en streaming- podría ser la vía elegida para distribuir The Interview.

La retirada de la parodia sobre el líder norcoreano Kim Jong-un, que narra un complot de la CIA para asesinar al dictador, desató las iras del régimen, que tildó la comedia de «acto de terror». Sin embargo, Pyongyang negó rotundamente cualquier implicación en el atentado informático contra la base de datos de Sony que aireó cientos de e-mails internos, documentos de la Seguridad Social e historiales médicos de casi 50.000 empleados y guiones como el de la última entrega de James Bond y otras películas producidas por la compañía que aún no han sido estrenadas -por el momento, el autodenominado grupo Guardianes por la Paz se ha atribuido el ciberataque-. Es más, el régimen de Kim Jong-un se ofrece a EE.UU. para realizar una investigación conjunta y prevé «graves consecuencias» si el Gabinete de Obama no acepta su oferta de colaboración.

Estados Unidos por boca de Mark Stroh, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, mantuvo su acusación: «Si Corea del Norte quiere ayudar, lo primero que debe hacer es admitir su culpabilidad y compensar a Sony por los daños que este destructivo ataque ha ocasionado», advirtió.