El actual dirigente de la gallega, que ganó a Gomar por 90 a 43, llega a Madrid con el objetivo de «unir al fútbol español y dejar atrás etapas convulsas»
16 dic 2024 . Actualizado a las 16:37 h.Rafael Louzán Abal (Ribadumia, Pontevedra, 21-11-1967) ha sido proclamado este lunes por la asamblea de la Real Federación Española de Fútbol como nuevo presidente de este organismo. De este modo, el gallego accede a la dirección del máximo ente del balompié nacional -una de las entidades más importantes del país, con un presupuesto anual de casi cuatrocientos millones de euros- con el objetivo de «unir al fútbol español y dejar atrás etapas convulsas», según él mismo ha manifestado. El todavía presidente de la federación gallega (ha mantenido el cargo a la espera de la votación de este lunes) cumplió los pronósticos y se impuso a Salvador Gomar por 90 a 43, con 4 votos en blanco y 1 nulo. El tercero en discordia, el extremeño Sergio Merchán, solo mostró sus avales por si Louzán no podía acceder a la presidencia y no llegó ni a presentar su candidatura este lunes.
El principal objetivo del gallego al frente de la federación será el de ejercer de pacificador, como ya hizo una vez que Pedro Rocha fue nombrado para sustituir a Luis Rubiales tras ser este inhabilitado. En aquel momento, el pontevedrés tomó las riendas de la situación y provocó un acercamiento a Javier Tebas que, ahora este le ha devuelto, apoyándolo para ocupar el trono de Las Rozas.
El mandatario de Ribadumia ha insistido durante las últimas semanas en que quiere «estabilidad y dejar atrás esas etapas convulsas» de los últimos años en la federación. «La casa necesita trabajar con normalidad y será bueno porque el enfoque estará en el fútbol», apuntó. Por ello, en su programa hay «una apuesta firme por la buena gobernanza» y por «dotar de independencia al órgano de compliance para poder gestionar con absoluta garantía». También porque «la igualdad se note en los órganos de gobierno» y porque el «fútbol profesional y el no profesional vayan de la mano», con un «incremento en las ayudas a las territoriales», a las que Luis Rubiales no destinó finalmente la cantidad acordada en los Pactos de Viana y que debe ir «a quien trabaja en la esencia del balompié español».
El fútbol femenino será otro de sus caballos de batalla. Quiere hacer olvidar también el pasado. Por este motivo, ha mantenido diferentes reuniones con diversas personas relacionadas con el mismo. Al igual que el fútbol sala, al que quiere dotar de la visualización de la que entiende que hasta ahora carece. La AFE, a la que piensa devolverle el partido que antaño se celebraba para recaudar fondos y aumentarlo con uno para el fútbol femenino; la creación del primer convenio de la historia para los entrenadores; y dar autonomía al Comité Técnico Arbitral, ya que considera a los colegiados «un pilar fundamental» en el deporte rey, son otros de los puntos más significativos de su programa.
Pero los temas delicados no se quedan solo ahí. No es partidario de que la Supercopa se dispute en Arabia, aunque entiende que hay un contrato firmado hasta el 2029 y que el país asiático está cumpliendo con lo pactado, por lo que será difícil cambiarlo durante su mandato. Del mismo modo, entiende que la Copa del Rey debe ser asumida por la Liga, porque la federación ha perdido entre cuatro y siete millones por ejercicio en los últimos años.
A Rafael Louzán le tocará, además, en esta nueva andadura, poner en marcha el Mundial que España organizará en el año 2030, tal y como confirmó la FIFA la pasada semana. En ese sentido, ha venido reiterando que, además de A Coruña, no renuncia a que Vigo y Valencia puedan ser otras de las sedes elegidas para albergar algún encuentro de la cita deportiva internacional más importante después de los Juegos Olímpicos.
Por último, está la incógnita de saber cómo el Gobierno de España se tomará la victoria del dirigente gallego, que tiene pendiente una sentencia por prevaricación, por lo que, según algunos medios, desde La Moncloa se tratará de que no pueda ejercer como presidente de la federación. El fallo está todavía pendiente en el Supremo e, incluso, aunque saliera negativo hacia los intereses de Louzán, todavía habría que dirimir si la inhabilitación de siete años es solo para un cargo público o también para uno privado. Cabe recordar que la federación es un ente privado con competencias públicas, que hace años que no recibe subvención alguna del Estado por lo que puede considerarse exclusivamente privado.
Entretanto, Rafael Louzán disfruta desde este lunes de haber sido el hombre elegido por el fútbol español para dirigir su camino durante los próximos cuatro años.