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«Mad Max: Furia en la carretera», protagonizada por Tom Hardy y Charlize Theron, es algo más que una simple persecución en un futuro apocalíptico y a través de un paisaje desértico
25 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Es como si estuvieras en una montaña rusa y se negara a detenerse hasta dejarte extenuado. Que tiene su mérito, oigan, y el director no solo demuestra pericia, sino también sentido del espectáculo en plan pasen y flipen, porque lo que propone Mad Max: Furia en la carretera es algo más que una simple persecución en un futuro apocalíptico y a través de un paisaje desértico (tomado sobre todo en Namibia y Suráfrica) que es pura miseria ecológica, en donde algo tan simple como unas semillas y tan común como el agua pueden tener un incalculable valor. Su responsable ya había servido tres décadas atrás una franquicia que aportaba al fantástico genuinas dosis de originalidad y un aquel de western posnuclear, de modo que acabaría en clásico y de paso encumbrando a su protagonista, el actor neoyorquino de origen australiano Mel Gibson, ahora coproductor de esta cuarta entrega aspirante a blockbuster global del inmediato verano. Lo será, porque, a su ritmo endiablado y a su singular diseño de producción (exhibe un imaginario, un catálogo de caretos y unas criaturas, difíciles de olvidar), añade unas sutiles dosis de parodia y humor negro que la hace querer.
Sorprende que Cannes la haya elegido para su apertura por estar en las antípodas del cine de autor con la trascendencia impresa en su ADN, pero realmente, a estas alturas del XXI, cuando uno cree estar de vuelta en esto del cine de acción a palo seco, ya tiene mérito que Miller haya logrado enchufarte a la pantalla. Aun así, tampoco caigamos en la cómoda tentación de desparramarle adjetivos en plan obra maestra y otras lindezas, cuando es lo que es, un espectáculo homologable, bien filmado, saturado de efectos digitales, cacharrería y un notable trabajo de especialistas, sin olvidar al equipo de diseño (arte, decorados y vestuario) que ha conseguido un acabado visual, una entidad y una atmósfera que la mantendrán viva por muchos años. Porque además cuidaron a los personajes. Incluso Hardy y Theron están en lo suyo, como dos almas gemelas que acaban aliadas después de un pasado traumático. Sin olvidar a la música de Junkie XL, tan consonante con el resto. En fin, que sin caer en el sospechoso babeo general de la crítica, pocas veces la escatología alcanzó tal nivel de delirio.
«MAD MAX: FURIA EN LA CARRETERA»
EE. UU., Australia, 2015.
Director: George Miller.
Intérpretes: Tom Hardy, Charlize Theron, Nicholas Hoult, Hugh Keays-Byrne, Zöe Kravitz.
Ciencia ficción / Acción. 120 minutos.