Retales cosidos sin éxito

sabela pillado

CULTURA

Es difícil definir una película como «La modista». Extravagante es quizás el apelativo que mejor se adaptan a este filme

28 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Es difícil definir una película como La modista. Partiendo de un extraño batiburrillo de géneros que mezcla comedia, slapstick, humor absurdo, drama, spaghetti-wéstern o noir, intenta contarnos la historia de una modista que, en la Australia de los años 50, regresa al pueblo de su niñez a aclarar, y vengar, sucesos del pasado. Extravagante es quizás uno de los apelativos que mejor se adaptan a un filme que pretende ofrecer diversión a un espectador al que, a veces, le cuesta encontrar dónde asirse.

La australiana Jocelyn Moorhouse, directora con esta de cuatro películas cuya ilación es fundamentalmente el melodrama femenino, se ha centrado en los últimos años en su labor de productora, guionista o directora teatral. Para retomar la dirección cinematográfica, ha convencido a todo un plantel de actores australianos, así como a Kate Winslet como faro-guía de todos ellos, para que la acompañen en la creación de un filme que, cuando consigue salir a flote, es precisamente por la esforzada labor de todos ellos, aunque sus diferentes historias, que son como retales que deberían conformar el vestido final, parecen cosidos sin xeito alguno.

Entre todo ello, emerge como puntal esa Kate Winslet, guapísima y con un vestuario maravilloso, cuyas dotes como actriz son incuestionables aunque aquí no puedan sostener el conjunto, mientras se deja acompañar en la caída por un Liam Hemsworth que enseña pectorales y una cohorte de secundarios histriónicos (ese Hugo Weaving como locaza encubierta) cual rebaño de hienas aldeanas de mentalidad cerrada.

A medio camino entre la fábula de venganza y una película del montón con apuntes curiosos y tono Amélie, La modista es, repito, una película extravagante sin mucha maña, donde su principal atractivo, aparte de Kate Winslet, es la pasarela de modelos de alta costura en medio de un polvoriento pueblo de los años 50.