Ricardo Steinberg: «No me considero un técnico, sino un cineasta especializado en sonido»

Tamara Montero
Tamara Montero SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

XOAN A. SOLER

Con un centenar de largos y tres Goya, Steinberg habló ayer en Santiago sobre la parte auditiva de las películas

03 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ricardo Steinberg (Buenos Aires, 1950), coordinador y profesor de la diplomatura de sonido de la Escuela de Cinematografía y Audiovisual de Madrid, ha trabajado en más de cien largometrajes de directores como Almodóvar, Amenábar, Erice o Cuerda. En sus nueve nominaciones a los Goya se ha llevado tres premios -Tesis, Los otros, Mar adentro-. Ayer participó en Curtocircuito con la conferencia El sonido cuenta.

-¿Qué cuenta el sonido?

-Yo he hecho una cantidad de películas en mi profesión de sonidista y también como productor y un buen día tuve la oportunidad de ir a la escuela de cine. Nunca me había dedicado a la docencia y tuve que empezar a pensar en qué contaba. Fruto de esa reflexión y de la interacción con los alumnos y demás profesores me empecé a hacer preguntas que no me había hecho nunca antes. Como yo soy muy aficionado a los juegos de palabras, mucha gente me decía: el sonido cuenta. Me di cuenta que era una obviedad decir que el sonido cuenta en el lenguaje audiovisual. Si es un lenguaje audiovisual, hay una parte de sonido. A partir de la importancia del sonido, digo, si es importante, es que cuenta. Otro sentido de contar es narrar. Contar historias. Es el principal objetivo de cualquier película. Entre la importancia y el sentido narrativo llego a la conclusión de que mi objetivo es poner en valor el sonido.

-En lo audiovisual parece que pesa más lo visual que el audio...

-Está dado de lado conceptualmente, porque a pesar de que decimos que vamos al cine a ver películas, vamos a ver y a oír películas. Esto no es solo cuestión de los espectadores. Este discurso dominante de que lo visual prevalece está a todos los niveles. Está en el nivel profesional y académico, es muy difícil encontrar textos de cine que se refieran al hecho cinematográfico como una combinación de imagen y sonido. Siempre prepondera la imagen. Lo que yo planteo no es un conflicto con la imagen. Es todo lo contrario.

-Usted empezó en la música. ¿Se ha abusado de ella? Hay filmes donde suena todo el rato...

-Tenemos herramientas a nuestro alcance y está en cada uno articular su uso. Hay uso y abuso de la música, como también lo hay de los efectos sonoros. La tendencia es a usar la música como una tercera parte del discurso audiovisual, hay corrientes de pensamiento que dicen que el cine es imagen, texto y música. Ahí hay intereses, evidentemente. Cuando yo hablo de sonidos, y no me refiero solo a la música o las voces, también suenan otras cosas, nuestro cuerpo, nuestro entorno, nuestra vida.

-También hay cree que en España se abusa del doblaje.

-Es un tema para debatir aparte, para reflexionar sobre las consecuencias culturales que ha tenido el doblaje. Nos lo han servido de una manera, como diría, alterado, por decirlo de una manera suave. Ni más ni menos, nos han privado de oír las voces de los actores y actrices extranjeros. Cuando todos sabemos que una de las herramientas fundamentales a través de las que se expresa un personaje es su mirada, su cuerpo y su voz. Es crucial. Y el doblaje se ha cargado esto directamente. Hay un argumento: en España se dobla muy bien. Pero hacer bien algo que para mí es una perversión, no es ningún mérito. La profesión del doblador me parece tan digna como otra, pero eso no deja de ser conceptualmente una agresión cultural.

-¿La parte técnica del cine se valora menos que la artística?

-Yo no me considero un técnico, me considero un cineasta especializado en sonido. Creo que está mal denominado. Se dice equipo artístico, los actores y las actrices, y equipo técnico. Pero los intérpretes también tienen técnica, son técnicos de la interpretación. Todos deben ser creativos, cada uno en lo suyo. Estamos aferrados a terminologías y conceptos que deberíamos empezar a cambiar.