Octava sesión del juicio contra Luis Rubiales por su beso a Jenni Hermoso: Vilda admite que debió hablar con la futbolista

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Continúa el proceso después de que ayer el expresidente de la federación declarara que estaba convencido del consentimiento de la futbolista y un experto en lectura de labios propuesto por él asegurase que le dijo a Hermoso: «¿Te puedo dar un besito?»

12 feb 2025 . Actualizado a las 17:32 h.

El entrenador de la selección femenina de fútbol Jorge Vilda ha admitido que debió hablar con Jenni Hermoso del beso de Luis Rubiales y ha explicado que no lo hizo porque no quería importunarla, ante la relevancia mediática que estaba adquiriendo lo sucedido.

Vilda ha declarado este miércoles en la Audiencia Nacional como acusado por un delito de coacciones a Hermoso en el juicio en el que el expresidente de la Federación está también acusado de agresión sexual por el beso a Hermoso tras la final del Mundial de 2023, y ha recordado que desde que se produjo este hecho no ha vuelto a hablar con la jugadora.

«A nadie se le encendió una luz de alarma»

A este respecto él mismo ha recordado que, según ella ha declarado en el juicio, se ha sentido dolida por esa falta de comunicación con él, al que conocía desde hace 17 años, momento en el que ha lamentado que a «nadie se le encendió una luz de alarma de que algo había pasado allí fuera de lo que estaban publicando los medios».

En su declaración, Vilda ha dejado a Rubiales al margen de la decisión de hablar en el avión con el hermano de la jugadora, Rafael Hermoso, y al ser preguntado por la fiscal Marta Durántez si fue el expresidente de la Federación quien le mandó hablar con él para convencerla de grabar un vídeo junto a Rubiales para quitarle hierro al beso, ha respondido con un rotundo «en ningún caso».

Jorge Vilda ha negado tajantemente que advirtiera al hermano de la jugadora de las consecuencias negativas que podría tener para su futuro profesional si no salía en un vídeo con Luis Rubiales, desmarcándose de esta forma del delito de coacciones por el que le acusa la Fiscalía.

Porque, según él, fue a hablar con el hermano de la jugadora en el avión de vuelta a España por iniciativa propia al ver la «bola mediática» que se estaba creando en torno al beso, que restaba relevancia al éxito de la Selección.

Lo hizo, ha recalcado, «por Jenni, por lo que podía repercutir toda esta presión mediática en Jenni», y porque creyó que todo aquello iba a «tener un impacto negativo» en las jugadoras y pensó en la manera de poder «normalizar la situación, pensando en el futuro y en la celebración y en mi Selección».

Ha manifestado que el hermano de Jenni Hermoso tildó el beso de Rubiales de «anecdótico y algo sin importancia» y ha negado que le dijese que su hermana no quería saber nada. «Eso es falso».

Vilda ha afirmado que presenció el beso que Rubiales dio a la jugadora durante la entrega de medallas, pero ha opinado que «nadie le dio la mayor importancia», y ha negado que percibiese incomodidad en Jenni: «Hasta entonces lo que yo había percibido es alegría, celebración, jolgorio».

Más tarde, ha reconocido, sí que la vio con «cierta cara de preocupación» mirando el móvil en el avión, pero pensó que era porque no le gustaba lo que estaba leyendo en los medios sobre lo sucedido.

Pero ha asegurado que no la vio llorar ni fue consciente de que se estuviese sintiendo presionada, y que tampoco vio a Rubiales, sentado delante de él, hablar con ella en el avión.

Sí que ha admitido que en el avión «la gente de prensa estaba muy activa», y que el equipo de confianza del entonces presidente, como su jefe de gabinete o el jefe de comunicación de la Federación, tuvieron conversaciones «en torno al impacto mediático que estaba teniendo el beso» con el objetivo de «buscar un consenso», pero sin hablar de «nada específico». 

Albert Luque dice que llamó a Jenni por su amistad, no por iniciativa de Rubiales

El exdirector de la selección masculina Albert Luque ha asegurado este miércoles que trató de hablar con la futbolista Jennifer Hermoso por la «amistad» que ambos mantenían, al tiempo que ha reconocido que le envió un mensaje «desafortunado» después de que esta se negase a hacerlo tras el beso que le propinó Luis Rubiales.

Luque, que afronta un año y seis meses de cárcel por un presunto delito de coacciones, ha sostenido que consideraba a Hermoso como a una «amiga». Así, se ha referido a Ibiza, donde las jugadoras celebraban la consecución del campeonato, y donde él también se encontraba de vacaciones. Fue entonces cuando le envió un mensaje a Hermoso para ver si podían hablar.

Sin embargo, Luque ha repetido que «con Luis (Rubiales)» no tuvo «contacto en ningún momento». «Yo, como estoy en Ibiza, y resulta que ella está en Ibiza, pues intento hacer algo», ha incidido el exfutbolista.

Según Luque, «la situación cada vez se estaba volviendo más grande, todo se estaba magnificando», y no obtenía respuesta de Hermoso. «No es que ella me lea y no me conteste, sino que yo veo que en su teléfono hay un tic y que no recibe mi mensaje», ha apuntado, señalando que, estando él en la puerta del hotel, recibió la contestación.

«No quiero hablar con nadie»

«El mensaje más o menos es: 'Albert, sé que intentas hacer lo correcto, te conozco. Contesto por la amistad que tenemos, pero no quiero hablar con nadie, gracias por interesarte por mí'. Y es cuando yo le digo, 'Jenni, estoy abajo. Y su respuesta es: 'No voy a bajar'. Entonces yo le digo, 'vale Jenni, te respeto, un beso y disfruta'», ha sostenido.

En ese punto, en el que consideraba ya no pintaba «nada», habló con Rivera, que le pidió que esperase para hablar con una amiga de Jenni, Ana Ecube. «Entonces (los tres) nos metemos en una habitación y la conversación empieza», ha señalado, indicando que Ecube le apuntó que Hermoso no quería «hablar con nadie» y que solo quería «dedicarse a disfrutar».

Luque, que ha recalcado que acudió a Ibiza «como amigo de Jenni», ha sostenido que únicamente le dijo a Ecube que quería saber cómo estaba la jugadora. «No estoy aquí ni por Federación Española, no estoy aquí ni como director de la Selección Absoluta Masculina, ni nada de eso», le habría aclarado entonces.

Tras no conseguir hablar con ella, el exdirectivo de la RFEF tuvo «una respuesta desafortunada por un cúmulo de cosas». «Si volviera para atrás... le digo que me arrepiento de esa respuesta, pero es una conversación con una persona que yo estoy en un malestar, soy persona de sangre caliente y sin contar hasta diez, contesto. ¿Vale? Y es un WhatsApp desafortunado», ha reconocido. En esos mensajes, calificó a Hermoso de mala persona y deseándole que se quedara muy sola en la vida.

Rivera niega haber recibido llamadas de la RFEF

Por su parte, Rubén Rivera -que organizó la logística en el viaje a Ibiza- ha negado que recibiese una llamada de la Federación pidiéndole organizar una estrategia para suavizar el beso. «En absoluto. Nunca recibí ninguna llamada en ese sentido. Yo estaba a lo mío y todos sabían que estaba a lo mío. Era la única persona acompañando a 30 personas en un viaje de este tipo con las dificultades que eso conlleva», ha añadido.

Según ha explicado, sus «funciones eran todas» en ese viaje. «Por todas me refiero a todas, las consustanciales, las propias del director de Márketing y Comercial de la Federación, preservar y fomentar la imagen de la Federación y la imagen de los principales activos de la Federación en ese momento que éramos campeones del mundo», ha señalado, indicando que se dedicó incluso a proteger el trofeo.

En la isla, también trató con «políticos, dueños de discotecas y empresas que habían financiado el viaje y luego toda la parte de las chicas». «Señorías, si me deja hacer un símil, yo era el Fernando Galindo que interpretó el genial José Luis López Vázquez en Atraco a las 3. Era admirador, amigo, esclavo, siervo», ha afirmado.

Rivera, que solo ha contestado a su defensa, también se ha referido a la llamada que recibió de Miguel García Caba, el que fuera director de Integridad de la RFEF y encargado de elaborar el informe sobre el beso que Rubiales propinó a Hermoso.

«Me llama y me dice 'Rubén, ¿estás con Jenni? Me la pasas, por favor, que tiene el teléfono apagado o fuera de cobertura'. Y yo hago así. Estoy en un microbús rodeado de gente. Jenni estaba así adormecida en el hombro de la que yo entendí que era su acompañante, su pareja en el viaje. 'Jenni, te llama García Caba, por favor, coge el teléfono' y le pasé mi teléfono que está ahí. Se lo pasé», ha indicado.

Rivera también ha sido preguntado por el hecho de que cargase el teléfono de Hermoso, y la supuesta insistencia que él mismo mostró en entregárselo de nuevo. «En absoluto. Perdóneme, pero es que me parece algo inverosímil, porque no tiene ningún sentido. ¿Qué prisa tengo yo para que Jennifer Hermoso tenga el móvil cargado?», se ha preguntado.

El acusado, que ha insistido en varias ocasiones en que «pruebas y datos matan relatos», ha sostenido que cuando vio a Hermoso irse «con su acompañante a la habitación», le entregó el móvil, explicándole entonces que Luque le había llamado.

Este mismo miércoles también ha declarado como acusado Jorge Vilda, que ha asegurado que se acercó a hablar con la familia de Hermoso por «voluntad propia» y para tratar de frenar el «impacto negativo» que desde su punto de vista podía tener el beso que Rubiales propinó a la futbolista.

La sesión de este miércoles

Tras la declaración del expresidente de la RFEF Luis Rubiales en el juicio por el beso no consentido a la futbolista Jenni Hermoso, llegó este miércoles el turno de los otros tres acusados por coacciones: el exseleccionador femenino Jorge Vilda, el exdirector de la selección Albert Luque y el exdirector de márketing Rubén Rivera. Es la continuación de las testificales de los investigados, que inició este martes Luis Rubiales. 

La jornada de se ha centrado sobre todo en los momentos posteriores a la victoria del Mundial, donde las acusaciones encuadran las presiones, principalmente, en el avión de vuelta a España y en el viaje a Ibiza del que algunas jugadoras disfrutaron. La fiscal Marta Durántez sostiene que Luis Rubiales y su equipo de confianza decidió utilizar «otra vía» cuando Jenni Hermoso reiteró que no haría un vídeo junto al expresidente: presionar a sus familiares.

Rubiales lo negó todo

El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol tomó la palabra, y a preguntas de la fiscal Marta Durántez, afirmó además que él también habría besado en la boca a un jugador de la selección masculina con el que hubiera tenido la misma confianza que con Hermoso porque, ha resaltado: «Yo me comía a besos a muchos futbolistas».

Respecto al beso que le dio a Hermoso, de la que ha dicho que conoce desde «hace muchos años», relató que se produjo en el momento que le fue a entregar la medalla y le puso «una cara» porque en ese partido, con el que se hicieron con el Mundial, había fallado un penalti y para ella «fue tremendo».

Le dijo entonces que se olvidara de eso y que gracias a ella lo habían conseguido, momento en el que, según su relato, ella le cogió de las axilas, le levantó y él en ese instante le preguntó si podía darle un «besito» y ella le dijo que «vale».

Cuando terminaron de darse el abrazo en el aire, ha continuado, al ir a «besarnos» tras darle «permiso», le agarró la cabeza con las manos en un acto que fue «simultáneo: la pregunta, la respuesta y después vino el beso», precisó.