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Bruce Willis protagoniza un «remake» de lo peor del subgénero vigilante
02 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.En los años setenta, el thriller policial se hizo más explícito y, a la sombra de la nueva permisividad de la censura americana -nunca demasiado preocupada por los contenidos violentos, sí por los sexuales-, floreció un subgénero que los yanquis llaman vigilante. Una de las películas inaugurales de tal moda fue Pisando fuerte con Joe Don Baker y, a partir de ahí, llegaron muchos apóstoles de la doctrina del ojo por ojo. En 1974, Charles Bronson hizo una de padre y marido vengador titulada El justiciero de la ciudad, inesperado éxito al que siguieron cuatro infaustas secuelas: Yo soy la justicia, El justiciero de la noche, Yo soy la justicia II y El rostro de la muerte, que, ya en la década de los noventa, cogió setentón al héroe, pero aún triunfando en los videoclubes y adelantándole por la derecha -no es un decir- a muchos de sus nuevos colegas como Steven Seagal o Van Damme.
Los amigos de la Asociación del Rifle se frotarán las manos con este remake de la película inaugural de la saga del cara de piedra, ahora con el rostro de cera de Bruce Willis, bien estirado por su cirujano plástico. Frente a las masacres cometidas por locos en espacios públicos y colegios y mientras medio país pide un control estricto de las armas, al director de películas de terror gore Eli Roth no se le ocurre otra cosa que traernos un melifluo remedo de lo peor del subgénero.
Se trata de un producto ideológicamente vomitivo, no del todo mal contado, pero sí indigesto para las neuronas operativas. Al cirujano Willis unos asaltantes con medias en la cabeza le matan a su mujer -la Elizabeth Shue de Leaving Las Vegas- y dejan en coma a su hija -la casi debutante Camila Morrone-, por lo que él decide tomarse la justicia por su mano y, de paso, ajustarle las cuentas a otros delincuentes que pasaban por ahí. Así es médico que cura y mata. Todo en uno.
Lo mejor es la involuntaria humorada del protagonista mirando comerciales televisivos de armas exterminadoras, anunciadas por tiernas muchachitas -Kirby Bliss Blanton-, que está claramente inspirada en otra de Jackie Brown. Pero cada imagen nos llega cargada de un perverso veneno, ideal para nublar la mente de los indignados de sangre caliente.
«DEATH WISH» (EL JUSTICIERO)
EE.UU.-Canadá, 2018.
Director: Eli Roth.
Intérpretes: Bruce Willis, Camila Morrone, Vincent D’Onofrio, Beau Knapp, Elizabeth Shue, Jack Kesy, Dean Norris, Ronnie Gene Blevins.
Thriller.
106 minutos.