El final desconocido de Marcela y Elisa

Mila Méndez Otero
mila méndez A CORUÑA / LA VOZ

CULTURA

Un suicidio en el puerto de Veracruz o un cáncer terminal. Nunca se pudo averiguar qué terminó con la vida de Elisa. Tampoco si realmente era hermafrodita

13 feb 2019 . Actualizado a las 19:27 h.

Fueron el best seller del momento. Los ejemplares de los periódicos con la foto de su boda -la primera entre dos mujeres, en 1901- se vendían como churros. Hasta 19.000 números en un solo día colocó el semanario Nuevo Mundo editado en Madrid. Más de cien años después, Netflix confía tanto en el tirón de esta historia que produce la película que la realizadora Isabel Coixet rueda hasta el miércoles en Galicia. Y la estrenará de forma simultánea en 190 países, todos en los que está presente la plataforma. El autor de la investigación más exhaustiva sobre sus vidas de cine, el profesor de la Universidade da Coruña (UDC) Narciso de Gabriel, también se ha visto arrastrado por el fenómeno. Ultima la reedición del libro que publicó por primera vez en gallego en el 2008, Elisa e Marcela. Alén dos homes, Edicións Nigra Trea, y que fue el punto de partida del guion de Coixet.

Una de las dudas que asalta es saber cómo resolverá la directora catalana los interrogantes que planean en torno al idilio de las dos maestras. De Gabriel, catedrático de Teoría e Historia da Educación, buscó durante más de quince años en archivos, bibliotecas y hasta consulados. Marcela y Elisa fueron vistas juntas por última vez en Buenos Aires en torno a 1904, tres años después de su fuga, primero a Oporto y después -para escapar de la orden de extradición- a Argentina. «É moi complicado saber que foi delas», admite el profesor universitario.

Oporto y Buenos Aires

Cambiaron varias veces de identidad, Elisa fue Mario Sánchez en A Coruña, José en Oporto y María en Buenos Aires. En la capital bonaerense Marcela también se rebautizó como Carmen. Allí se presentaban como amigas o hermanas. De Marcela solo hay constancia de que desembarcó en 1902 en Argentina con un bebé en brazos y de que tuvo algunos trabajos como criada. Elisa dejó alguna pista más. Llegó a Buenos Aires el 15 de junio de 1902. El 30 de septiembre de 1903 se casó con un comerciante danés, Christian Jensen. Ella tenía 40 años y él 65. No fue un matrimonio feliz. Hubo medios que informaron de un supuesto suicidio de Elisa en México. En 1909 se habría precipitado al mar en Veracruz. «Un xornal de Madrid relatou que o corpo atopado no porto mexicano era o de Elisa Sánchez Loriga», cuenta De Gabriel. «Púxenme en contacto co Consulado de Veracruz e co Ministerio de Exteriores. Nunca atopei ningunha nota ou documento», asegura el investigador sobre una hipótesis «chea de lagoas».

La otra posibilidad apunta a que vivió muchos años más, por lo menos hasta 1940, y que un cáncer se la llevó por delante. «En Bos Aires -relata De Gabriel-, unha muller asegurou que súa nai vira a Elisa nese ano e que estaba moi enferma». Sin embargo, el estudioso nunca pudo concluir un desenlace fiable.

El examen médico

El comportamiento de Elisa y las visitas de su hermana a la hacienda donde vivía despertaron las sospechas de Jensen, su marido. «Viu as súas fotos na prensa española e denunciouna ante a Xustiza arxentina», relata De Gabriel. Jensen también dudó de su sexualidad y pidió un examen médico. Tres doctores concluyeron que Elisa era una mujer, como ya habían resuelto antes otros dos médicos gallegos. El juez argentino no invalidó el matrimonio como Jensen pedía. «Elisa insinuou en Oporto que podía non ser unha muller, pero creo que foi un xeito de xustificarse», opina De Gabriel. Informaciones en la prensa local bonaerense sobre un «pequeño defecto físico», como apareció en el Le Courrier de La Plata, alimentaron la leyenda. En A Coruña, ni el archivo diocesano ni el Registro Civil anularon las actas de la boda, que sigue constando como un «matrimonio normal».

Se habían casado en 1901. Al ser descubiertas en su engaño, huyeron a Oporto. Con una orden de busca y captura, fueron detenidas en la ciudad portuguesa. La Justicia lusa las absolvió. Periódicos y colectivos femeninos se postularon a favor de aquellas «españolas matrimoniadas». Otro problema a la hora de reconstruir su historia «é que non hai declaracións directas súas. Soamente unha carta de agradecemento que enviaron á prensa», apunta el investigador. ¿Qué desenlace escogerá Coixet? «Os creadores teñen unha ampla marxe para pensar», defiende el profesor.

El legado de la pareja: una hija a la que se le perdió la pista

En la noche de Reyes del año 1902, apenas seis meses después de casarse, Marcela Gracia Ibeas dio a luz a una niña en Oporto. Hacía casi un año que ella se había fugado a Portugal acompañada de Elisa o, mejor dicho, de José, como se hacía llamar su esposa en la capital del Duero.

Cuando se dieron el «sí, quiero», Marcela ya estaba embarazada. «O bebé xoga un papel fundamental. Elisa chegou a alegar que adoptara unha identidade masculina e casara con Marcela para evitar así a súa deshonra e que fora nai solteira logo de quedar encinta dun rapaz do mesmo pobo onde daba clase. Pero, a nena tamén puido ser o resultado dun embarazo deliberado, pensado conxuntamente polas dúas mulleres, que quizais querían ter descendentes», aventura el profesor de la Facultade de Ciencias da Educación de la UDC Narciso de Gabriel. Sus pesquisas lo llevaron hasta Dumbría, de donde se supone que era el joven con el que habría concebido la niña. «Rumoréase que era de alí. Hai unha familia á que cheguei tras falar con varios veciños, pero ningún dos seus membros quixo atenderme. Non queren falar do tema», reconoce el catedrático.

La pequeña Sánchez Gracia, si es que llevó los apellidos de las dos progenitoras, tendría ahora 106 años. De Gabriel sí pudo corroborar que cruzó el charco con su madre, Marcela, en 1902. Dar con su paradero, o con el de sus allegados, algo muy poco probable, y si aún siguiera con vida, supondría un hilo fundamental del que tirar para saber qué fue de aquel «matrimonio sin hombre». En América, no fueron unas inmigrantes gallegas más. Sus vidas siempre estuvieron rodeadas de misterio y tribulaciones.