Con «La favorita», el cineasta griego Yorgos Lanthimos arrebata a Almodóvar en la gala de Berlín los premios a la película y la dirección; Salvador Simó triunfa en la animación con su filme «Buñuel en el laberinto de las tortugas»
08 dic 2019 . Actualizado a las 10:34 h.El cineasta Yorgos Lanthimos chafó ayer en Berlín la que prometía ser la gran noche europea de Pedro Almodóvar gracias a su última obra, Dolor y gloria. Con su filme La favorita —Gran Premio del Jurado en Venecia—, el realizador griego se alzó con los galardones a la mejor película, el director, la comedia, la actriz principal (Olivia Colman, por su papel de reina Ana Estuardo, que ya mereció el Óscar), montaje, fotografía, diseño de vestuario y maquillaje y peluquería.
Lanthimos literalmente arrasó. Solo dejó para el director manchego, de entre las distinciones de mayor importancia, el del mejor actor protagonista que recayó sobre el intérprete andaluz Antonio Banderas, quien, a sus 59 años, encarna en el filme a Salvador Mallo, un personaje que es el alter ego del propio Almodóvar. Un papel que ya le granjeó el triunfo en el Festival de Cannes y —hace solo unos días— el reconocimiento del Círculo de Críticos de Nueva York. Dolor y gloria sí sumó para el cine español al menos el premio al mejor diseño de producción de la mano de Antxón Gómez.
Mucho peor que a Almodóvar le fue al veterano realizador italiano Marco Bellocchio, que con su cinta El traidor no consiguió ni una sola estatuilla.
Banderas no viajó a Alemania, a la gala de los Premios del Cine Europeo, pero entró en directo en la ceremonia vía vídeo desde su malagueño teatro Soho. Cómodamente sentado en el patio de butacas e informalmente vestido, de faena, entre dos funciones del musical A Chorus Line, el actor se mostró agradecido y emocionado por la concesión del premio: «Pedro Almodóvar, al que conozco desde hace cuarenta años, ha sido un milagro que ha sucedido en mi vida, y le respeto y le quiero», dijo un tanto nervioso para pedir que fuese su amigo quien recogiese la estatuilla en su nombre y disculparse para poder volver de inmediato al camerino.
El cine español se vio además recompensado con el galardón al mejor filme de animación para Buñuel en el laberinto de las tortugas, dirigido por Salvador Simó, una coproducción hispano-holandesa que adapta el cómic de Fermín Solís sobre el rodaje en Extremadura en 1933 del documental del genio aragonés Las Hurdes, tierra sin pan.
Otro premio técnico recayó en la coproducción uruguayo-hispano-francesa La noche de doce años, película sobre la dictadura en Uruguay en los años 70 realizada por Álvaro Brechner. Eduardo Esquide, Nacho Royo-Villanova y Laurent Chassaigne vencieron en el apartado del diseño de sonido.
Y, por último, el galardón al mejor cortometraje fue otorgado a la coproducción rumano-española The Christmas Gift, realizado por Bogdan Muresanu y que está ambientado en diciembre de 1989 en los días posteriores a la sangrienta represión de Ceaucescu en Timisoara.
El premio del guion —al que también optaba Almodóvar— fue concedido a Céline Sciamma por su drama de época Retrato de una mujer en llamas. El galardón del público fue para el filme de Pawel Pawlikowski Cold War. Y el de descubrimiento europeo para la cinta Les misérables, de Ladj Ly.